Fort Bend County aprueba un nuevo mapa electoral tras meses de debate partidista. El cambio redefine distritos y altera el equilibrio político local.
Después de varios meses de discusiones y tensiones políticas, los comisionados del condado de Fort Bend aprobaron un nuevo mapa de votación en una sesión cargada de desacuerdos.
El cambio fue aprobado con una votación de 3 a 2, marcada por las líneas partidistas: los comisionados republicanos votaron a favor, mientras que los demócratas se opusieron.
El rediseño redistribuye varias zonas rurales del condado —una de las áreas con mayor crecimiento poblacional del área metropolitana de Houston—, moviendo algunos sectores de distritos con tendencia demócrata hacia otros de mayoría republicana.
El resultado final deja al condado dividido en partes iguales: dos distritos de mayoría demócrata y dos de mayoría republicana.
Un nuevo equilibrio político en Fort Bend
El proceso de redistribución se produjo de manera inusual a mitad de la década, algo poco frecuente fuera del ciclo del censo.
El impulso vino después de una carta enviada en febrero por el representante estatal republicano Matt Morgan, quien señaló que aproximadamente una quinta parte de los distritos electorales de Fort Bend no cumplía con los requisitos de población establecidos por el estado.
La votación del lunes refleja también el nuevo equilibrio político dentro del tribunal de comisionados. Desde junio, los republicanos obtuvieron mayoría tras el cambio de partido del juez del condado, KP George, quien abandonó el Partido Demócrata luego de enfrentar cargos judiciales.
En conferencia de prensa, George —ahora republicano— se distanció del mapa que él mismo había apoyado en 2021.
“En ese momento, las líneas fueron trazadas por una mayoría demócrata que favoreció a su partido y no a la comunidad de Fort Bend”, declaró. “Ese proceso fue injusto y no reflejó la voluntad de los votantes”.
Cómo cambia el nuevo mapa electoral
El nuevo mapa electoral de Fort Bend fue elaborado por Mike Gibson, designado por el comisionado republicano del Precinto 3, Andy Meyers, y modificado por el presidente del comité ciudadano de redistribución, Jacob Lee, nombrado por el propio juez George.
Los principales cambios reducen el territorio representado por el comisionado demócrata Dexter McCoy (Precinto 4), quien pierde partes de Richmond, Rosenberg, Kendleton, Beasley y Pleak, áreas ahora integradas al distrito de Meyers.
El Precinto 3, por su parte, se amplía para incluir Fairchilds, Needville y sectores adicionales de Rosenberg.
Meyers, quien encabezó los esfuerzos republicanos, defendió el nuevo diseño asegurando que corrige “una redistribución ilegalmente basada en la raza” de 2021.
“Hoy la mayoría del tribunal actuó para corregir un proceso defectuoso y parcial que no cumplía con las leyes estatales ni federales”, dijo el comisionado.
Según cálculos basados en los resultados de elecciones recientes, el Precinto 3 pasa de una ligera mayoría demócrata (53%) a una ventaja republicana del mismo porcentaje.
Reacciones y acusaciones de exclusión
El comisionado Dexter McCoy denunció que el nuevo mapa diluye el poder del voto de las comunidades no blancas, dividiendo barrios con alta concentración de votantes hispanos y asiáticos.
Durante la sesión, McCoy hizo referencia a los antecedentes de supresión electoral en el condado.
“Nuestra diversidad ha sido motivo de orgullo, pero también el blanco de retrocesos políticos”, señaló. “Este mapa es un paso atrás que debilita la voz de las comunidades de color.”
El nuevo mapa cambia la composición demográfica de los distritos:
- Los votantes blancos son mayoría en los Precintos 1 y 3.
- Los votantes afroamericanos predominan en el Precinto 2.
- Los votantes asiáticos pasan a ser el grupo más numeroso en el Precinto 4.
Bajo el mapa anterior, los hispanos eran el bloque electoral más grande en el Precinto 4, algo que ya no se mantiene con la nueva división.
Un proceso con tensiones partidistas
El comisionado demócrata Grady Prestage (Precinto 2) también perdió parte de su territorio: Needville y gran parte de Fairchilds ahora forman parte del Precinto 3.
Aunque Prestage ha participado en varios procesos de redistritación desde su llegada al tribunal en 1990, calificó este episodio como “innecesario y desalentador”.
“No estoy contento con lo ocurrido hoy, pero en democracia, la mayoría decide”, expresó.
Por su parte, el comisionado republicano Vincent Morales (Precinto 1), que ahora incorporará partes de Rosenberg, Kendleton y sus alrededores, reconoció haber enfrentado críticas internas por parte de su propio partido. Algunos republicanos lo acusaron de haber favorecido a los demócratas en sus nombramientos dentro del comité de redistribución.
“Quiero dejar claro que apoyé este proceso desde el inicio, nombrando a personas activas en la comunidad para garantizar que fuera representativo”, señaló Morales.
Un condado dividido en cuatro
Con los nuevos límites, el Precinto 1 seguirá siendo mayoritariamente republicano (60%), mientras que el Precinto 3 cambia a mayoría republicana (53%).
En contraste, los Precintos 2 y 4 fortalecen su tendencia demócrata, con 68% y 58% de apoyo respectivamente.
El resultado final: dos distritos firmemente demócratas, uno republicano sólido y otro competitivo, aunque inclinado hacia el Partido Republicano.
Bajo el mapa anterior, la configuración era similar, pero el distrito “competitivo” favorecía a los demócratas.
Este nuevo reparto se da en medio de una estrategia más amplia impulsada por legisladores estatales, quienes también han aprobado un rediseño a mitad de década de los mapas congresionales de Texas, buscando fortalecer la posición del Partido Republicano de cara a las elecciones de 2026.
Una muestra del clima político en Houston
El debate en Fort Bend refleja las tensiones políticas que dominan otras partes del área metropolitana de Houston, donde los cambios demográficos han hecho que los distritos tradicionalmente republicanos sean ahora más competitivos.
Mientras los funcionarios republicanos defienden el nuevo mapa como una “corrección necesaria”, los demócratas lo consideran un retroceso en la representación de comunidades diversas.
Ambos coinciden en que la batalla política por el control del condado, uno de los más diversos de Texas, apenas comienza.