¿Sientes que no avanzas como quisieras con tu inglés como segundo idioma? Es normal experimentar esa sensación cuando lo estás aprendiendo. Pues se trata de un proceso retador que implica adaptarse a varios acentos, sonidos, reglas y pronunciaciones nuevas.
Algunos de estos aspectos son complejos, por lo que necesitas invertir tiempo, constancia y esfuerzo para entenderlos. Además, existen otros desafíos que lo dificultan, como la falta de confianza al expresarse y la poca inmersión. No obstante, son obstáculos superables.
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Dificultad para entender la pronunciación y los acentos
Si ya has intentado aprender inglés, debes haberte dado cuenta de que la pronunciación es todo un tema. Hay demasiadas palabras que se dicen de forma parecida, pese a que su significado es otro. ¿Quieres darte a entender? Empieza a perfeccionar esos detalles.
De la misma manera, los acentos, debido a las diferencias entre el americano, el británico y el australiano. A menudo se confunden porque suenan muy distintos. Si en tu lengua nativa no existen estos sonidos, el desafío es mayor. Escúchalos y practícalos con otros hablantes.
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Vocabulario extenso y expresiones idiomáticas
La lengua inglesa tiene una enorme cantidad de palabras que pueden llegar a confundirte, como los sinónimos y homónimos, por ejemplo. Asimismo, términos especializados y frases o expresiones que no se traducen literalmente, por lo que constituyen un reto comprenderlas.
¿Cómo lo logro? En lugar de memorizar una a una, trata de entender el contexto en el que se utilizan. Realiza asociaciones de palabras, lee distintos textos, e intenta familiarizarte con las expresiones idiomáticas más frecuentes.
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Dominio de la gramática inglesa
Otro de los desafíos del ESL, es la aplicación de las reglas gramaticales. Muchas veces no se siguen o no tienen sentido. Algunas, poseen diferencias sutiles que confunden, como la forma del pasado perfecto y del presente continuo, así como las preposiciones “in”, “on”.
Las conjunciones y excepciones de la gramática también tienden a complicar el aprendizaje. Pues, hay palabras que se convierten en plural colocando una “s” al final, y otras que llevan “en”. Para no equivocarte, realiza regularmente ejercicios a fin de reforzar estos aspectos.
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Comprensión auditiva en las conversaciones rápidas
¿No comprendes cuando te hablan en inglés muy rápido? Esto es algo que a muchas personas les cuesta cuando están empezando a aprender el idioma. Especialmente, si quien está pronunciando las palabras es un hablante nativo. ¿Quieres mejorar tu comprensión auditiva? Escucha canciones, podcasts, videos, y acelera la reproducción, para que te acostumbres a ese ritmo y sonidos.
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Acceso limitado a recursos o ambientes de inmersión
Seguro, ya sabes que para aprender el lenguaje anglosajón necesitas practicar mucho. Esto implica hacer cursos, leer libros, utilizar aplicaciones de idioma y estudiar en un ambiente inmersivo. Pero si tu acceso a estos recursos es limitado, tu progreso tardará un poco más.
¿Soluciones? Si no puedes mudarte a un lugar de habla inglesa, busca comunidades con las que puedas interactuar en línea, por ejemplo. O crea tu propio espacio de inmersión en casa viendo películas y series sin subtítulos, o etiquetando cosas en este idioma.
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Superar las diferencias culturales y lingüísticas
Dominar el inglés no es lo único que implica su aprendizaje. Debes esforzarte también por entender y adaptarte a las costumbres culturales distintas a las tuyas. ¿Por qué? Influyen en la forma de comunicarte, como, por ejemplo, el saludo y el modo de expresar las emociones.
Para conocer la cultura anglosajona, participa en actividades locales, grupos de intercambio de idiomas y eventos sociales.
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Falta de confianza al hablar inglés como segundo idioma
¿Te da pena conversar en inglés? No te sucede solamente a ti. De hecho, es bastante común entre quienes están aprendiendo esta nueva lengua. ¿El motivo? La falta de confianza, lo cual hace que no participen en los diálogos por miedo a las equivocaciones. Sin embargo, hay formas de superarlo. Una es practicar el habla con regularidad en un espacio en donde te sientas a gusto. Y con personas que no te juzguen, sino que te corrijan constructivamente.
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