Este jueves, desde el corazón del Vaticano, la tradicional fumata blanca confirmó lo que millones de católicos en todo el mundo esperaban: el nuevo Papa elegido por el cónclave ya ha sido confirmado. La señal, que se dio a las 18:07 hora local (11:07 a.m. en Houston), fue acompañada por el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro, y marcó el final de una votación secreta entre los 133 cardenales reunidos en la Capilla Sixtina.
¿Cómo se anuncia al nuevo Papa?
Conforme a la tradición de la Iglesia Católica, minutos después de la señal, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti saldrá al balcón de la Basílica para pronunciar la fórmula en latín que indica la elección: «Nuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam» (Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa).
Este acto, que ha sido repetido durante siglos, tiene una fuerte carga simbólica y espiritual para los fieles, quienes aguardan atentos para escuchar el nombre del nuevo Papa elegido y el nombre que adoptará como pontífice. Tras el anuncio, el nuevo líder de la Iglesia Católica se presentará ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro.
Expectativa en el mundo y en Houston
La elección del nuevo Papa elegido ha captado la atención mundial, y en Houston, donde vive una comunidad católica activa y diversa, las reacciones no se han hecho esperar. Iglesias locales, como la Co-Catedral del Sagrado Corazón en el centro de la ciudad, han convocado a momentos de oración y reflexión mientras se espera la primera bendición del pontífice.
En comunidades hispanas del área de Houston como Gulfton o East End, muchos han seguido la cobertura en vivo con gran interés, comentando sobre la importancia de que el nuevo Papa continúe con las líneas pastorales abiertas por Francisco, quien falleció el 21 de abril a los 88 años, dejando una huella profunda por su enfoque inclusivo y su compromiso con los más necesitados.
¿Qué significa «Habemus Papam»?
Una de las frases más emblemáticas del Vaticano, Habemus Papam, se traduce al español como “Tenemos Papa”. Aunque a veces se omite la «m» final al pronunciarla, la forma correcta es con ella, ya que corresponde a la estructura gramatical del latín, idioma oficial de la Santa Sede.
Esta expresión se ha utilizado durante siglos cada vez que se confirma un nuevo Papa elegido, y forma parte del protocolo ceremonial que ha sobrevivido generaciones de cambios en la Iglesia.
El proceso del cónclave y su historia
Para que haya un nuevo Papa elegido, los cardenales deben alcanzar una mayoría de dos tercios. En esta ocasión, con 133 cardenales votantes, se necesitaban al menos 89 votos para lograr un consenso. La votación se realizó a puertas cerradas en la Capilla Sixtina, en un proceso que combinó tradición, oración y deliberación intensa.
Comparado con la historia reciente, este cónclave fue relativamente corto. El más largo en el siglo XX duró cinco días, con 14 rondas de votación hasta la elección de Pío XI en 1922. El más corto ocurrió en 1939, con solo tres votaciones en dos días para elegir a Pío XII.
Fieles esperan con fe
La Plaza de San Pedro se llenó de miles de fieles desde temprano. Muchos llegaron equipados con paraguas, banderas y pancartas, esperando bajo el sol durante horas para presenciar el momento histórico. Entre ellos, Andrés Silva, un colombiano de 50 años que viajó con su hijo, dijo esperar que el nuevo Papa elegido continúe con el legado de apertura de Francisco.
Incluso desde Houston, muchas personas participaron virtualmente. Algunas parroquias locales organizaron vigilias transmitidas por redes sociales, y miembros de la comunidad compartieron mensajes de esperanza y fe ante esta nueva etapa para la Iglesia.
La figura del Papa Francisco y el rumbo futuro
El papa saliente, Francisco, fue un líder con enfoque reformista. Jesuita argentino, promovió el diálogo interreligioso, la justicia social y una Iglesia más cercana a los marginados. Varios cardenales que participaron en este cónclave, como Ángel Rossi de Argentina, expresaron su deseo de que el nuevo Papa elegido mantenga esa línea progresista.
El sucesor de Francisco tendrá la tarea de continuar ese camino o bien marcar un nuevo rumbo. En cualquier caso, el impacto de esta elección se sentirá también en Houston, donde muchas comunidades católicas dependen de las decisiones vaticanas en temas pastorales, sociales y educativos.