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Tribunal de Texas vuelve a suspender ejecución en el caso de Robert Roberson

by Redacción - La Prensa de Houston

El tribunal detuvo la ejecución de Robert Roberson, condenado por la muerte de su hija en 2002. El caso reabre el debate sobre la ciencia forense en Texas.

El caso de Robert Roberson en Texas, un hombre que lleva más de dos décadas en el corredor de la muerte acusado de asesinar a su hija de dos años, volvió a captar la atención nacional después de que el máximo tribunal penal del estado suspendiera su ejecución por tercera vez. La decisión, tomada apenas días antes de la fecha programada para su inyección letal, reabre el debate sobre el uso de evidencia médica cuestionada y el papel de la justicia en casos de pena capital.

Una pausa que revive dudas

El Tribunal de Apelaciones Penales de Texas ordenó la suspensión de la ejecución de Roberson, prevista para el 16 de octubre. El hombre, de 58 años, fue condenado en 2003 por el asesinato de su hija, Nikki Curtis, a quien supuestamente sacudió violentamente, provocándole una lesión cerebral fatal conocida como síndrome del bebé sacudido.
Sin embargo, Roberson sostiene su inocencia y asegura que la menor murió a causa de una neumonía mal diagnosticada.

Nunca la sacudí ni la golpeé”, declaró recientemente en una entrevista desde el corredor de la muerte en Livingston, Texas. Su defensa argumenta que el diagnóstico se basó en teorías médicas ahora desacreditadas y que el jurado nunca escuchó evidencia clave sobre la salud de la niña.

El peso de la ciencia y la justicia

El caso de Robert Roberson en Texas ha generado un intenso debate entre expertos médicos, abogados y legisladores. En los últimos años, el llamado síndrome del bebé sacudido ha sido objeto de revisión, pues algunos científicos señalan que puede haberse usado incorrectamente para condenar a padres y cuidadores inocentes.

En la apelación más reciente, la defensa presentó informes de 10 patólogos independientes que cuestionan la autopsia original y aseguran que las lesiones de Nikki fueron compatibles con una caída accidental o complicaciones médicas. También alegan negligencia judicial, ya que el juez del juicio inicial habría autorizado decisiones médicas sin revelar un posible conflicto de interés.

Mientras tanto, la oficina del fiscal general de Texas, Ken Paxton, sostiene que las pruebas son contundentes y que Roberson tiene antecedentes de maltrato infantil. Otros miembros de la familia de la menor también insisten en que la niña fue víctima de abuso.


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Apoyos inesperados y voces influyentes

Entre los simpatizantes de Roberson se encuentran figuras políticas tanto liberales como conservadoras, algo poco común en un estado con fuertes posturas a favor de la pena de muerte. Incluso el activista republicano Doug Deason, el escritor John Grisham y Brian Wharton, el detective que originalmente ayudó a armar el caso, se han pronunciado a favor de revisar la condena.

El interés del público creció aún más después de que el popular conductor Dr. Phil McGraw testificara ante legisladores texanos el año pasado, solicitando una revisión científica del expediente. Su intervención generó eco en redes sociales y en medios de todo el país, al subrayar la necesidad de actualizar los criterios forenses usados en los tribunales.

Un debate que toca a Houston

Aunque el juicio de Roberson se llevó a cabo en el condado de Anderson, el caso ha resonado profundamente en Houston, una ciudad que concentra gran parte del sistema judicial y médico de Texas. Expertos locales, como la Universidad de Houston Law Center, han señalado que este proceso podría marcar un precedente sobre cómo se evalúan las pruebas médicas en condenas por maltrato infantil.

En el área metropolitana, organizaciones como Texas Innocence Network —con sede en Houston— han seguido de cerca el expediente, destacando que el caso de Robert Roberson en Texas representa una oportunidad para repensar la relación entre la ciencia y la justicia penal.

“Si la evidencia médica evoluciona, la ley debe hacerlo también”, comentó una portavoz del grupo en entrevista con La Prensa de Houston. “Lo que está en juego no es solo la vida de un hombre, sino la credibilidad del sistema judicial”.

Caso Robert Roberson: El trasfondo de un diagnóstico polémico

El diagnóstico de síndrome del bebé sacudido surgió en los años setenta como una forma de identificar posibles casos de maltrato. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que los síntomas que se usaban como prueba —hemorragias cerebrales, fracturas o inflamación cerebral— pueden tener otras causas médicas.
En los últimos 15 años, varios tribunales en Estados Unidos han revisado condenas similares, lo que ha provocado una conversación nacional sobre la necesidad de revaluar casos antiguos basados en evidencia forense obsoleta.

Texas, uno de los estados con más ejecuciones en el país, enfrenta así un nuevo dilema: ¿cómo equilibrar justicia y evidencia científica en los casos más graves?

Qué sigue para Robert Roberson

Por ahora, la ejecución de Roberson queda suspendida mientras el tribunal revisa las nuevas pruebas. La defensa espera lograr un nuevo juicio o, en el mejor de los escenarios, una anulación de la condena.
Aun así, el proceso podría extenderse por meses, mientras las autoridades analizan la validez de los informes científicos y las posibles fallas en el juicio original.

Para muchos defensores de los derechos humanos, el caso de Robert Roberson en Texas podría ser un parteaguas en la discusión sobre la pena de muerte, la confiabilidad de la ciencia forense y la posibilidad de que la justicia, incluso tarde, rectifique sus errores.


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