Un incendio arrasó con una iglesia en Houston, pero su congregación no se rindió y celebró su servicio dominical en otro lugar.
La mañana del sábado 13 de septiembre quedará marcada en la memoria de decenas de familias de Houston. Un incendio consumió gran parte del templo Christ Church Apostolic, ubicado en la calle Fuqua, en el área de South Belt/Ellington, al sureste de la ciudad. A pesar del dolor y las pérdidas materiales, la comunidad religiosa se reunió al día siguiente para celebrar su servicio dominical, mostrando que su fe sigue intacta.
El fuego y los heridos
De acuerdo con el Departamento de Bomberos de Houston, el siniestro inició poco después de las 9 de la mañana del sábado. Aunque la causa aún está bajo investigación, las llamas se propagaron con rapidez y redujeron el edificio a escombros, dejando solo la estructura metálica en pie.
Dos bomberos resultaron heridos mientras combatían el fuego. Ambos fueron trasladados a un hospital local y, según las autoridades, se espera que se recuperen satisfactoriamente.
“La iglesia sigue viva”
El pastor Jon McDaniel, líder de la congregación, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Desde la banqueta vio cómo el edificio que había albergado tantas memorias espirituales y comunitarias se venía abajo.
“Es doloroso ver los sueños y recuerdos consumidos por el fuego”, compartió más tarde en un video junto a su esposa, Crystal McDaniel. “Pero sabemos que la iglesia nació hace 2,000 años y que no depende de cuatro paredes. Aunque nuestro edificio se haya quemado, la iglesia está viva y seguirá adelante”.
El domingo 14 de septiembre, menos de 24 horas después del incendio, los feligreses se congregaron en el FountainBlu Event Center, en Pasadena. El espacio fue cedido temporalmente para que los miembros pudieran celebrar su servicio dominical de las 11 a. m.
Apoyo y mensajes de esperanza
En redes sociales, el pastor McDaniel agradeció a la comunidad por los mensajes de solidaridad y a los bomberos por arriesgar su vida. “Cada llamada, cada texto, significó mucho para nosotros en medio de la destrucción”, dijo en un mensaje transmitido en vivo.
Decenas de familias se unieron en oración, convencidas de que, pese a las pérdidas materiales, la misión de la iglesia permanece. “El propósito de Dios sigue en pie, y creemos que de esta tragedia saldrán cosas grandes”, afirmó McDaniel.
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Una comunidad hispana también golpeada
El área de South Belt/Ellington y Pasadena cuenta con una importante presencia hispana. Para muchas familias latinas, las iglesias no son solo espacios de culto, sino también centros de apoyo comunitario, donde encuentran ayuda espiritual, acompañamiento en momentos difíciles y, en ocasiones, servicios básicos como distribución de alimentos o actividades para niños y jóvenes.
La pérdida de un templo como Christ Church Apostolic afecta directamente a quienes lo veían como un refugio en medio de la incertidumbre que viven muchas familias inmigrantes en Houston. Sin embargo, la rapidez con que la congregación se reorganizó muestra la fortaleza de esa red comunitaria.
Incendios en iglesias de Houston
Este caso se suma a otros incendios en lugares de culto registrados en la ciudad en los últimos años. En 2023, un templo bautista en el noreste de Houston también fue destruido por un incendio eléctrico. De acuerdo con el Houston Fire Department, en la última década al menos 20 iglesias de la zona metropolitana han sufrido daños severos por incendios, algunos de ellos provocados por fallas en sistemas de aire acondicionado o cableado eléctrico.
Ante este panorama, autoridades locales han insistido en la importancia de que las congregaciones realicen inspecciones de seguridad y actualicen sistemas eléctricos para reducir riesgos.
Lo que viene
Por ahora, la comunidad de Christ Church Apostolic seguirá celebrando sus servicios dominicales en espacios temporales, mientras evalúan opciones para reconstruir. El pastor McDaniel aseguró que buscarán levantar un nuevo templo en el mismo terreno de la calle Fuqua, pero aclaró que lo más importante será mantener la unidad y el espíritu de servicio de la congregación.
“El edificio puede haber caído, pero la misión de compartir el Evangelio sigue firme”, concluyó.
