Home NoticiasTexas Calor urbano en Houston: lotes vacíos y edificios abandonados elevan el riesgo

Calor urbano en Houston: lotes vacíos y edificios abandonados elevan el riesgo

by Redacción - La Prensa de Houston

El calor urbano en Houston crece por edificios abandonados y calles asfaltadas. Un estudio advierte del impacto en vecindarios vulnerables.

Houston enfrenta un problema silencioso pero cada vez más urgente: el calor urbano. Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad Texas A&M revela que los lotes vacíos y los edificios abandonados están elevando peligrosamente las temperaturas superficiales en la ciudad, especialmente en los vecindarios con menos recursos.

Los científicos utilizaron drones, imágenes satelitales y cámaras térmicas para medir la temperatura del suelo en diferentes zonas de Houston, abarcando áreas residenciales, comerciales e industriales. En total, analizaron más de 1,400 imágenes y cruzaron los resultados con datos demográficos para identificar las comunidades más expuestas al calor extremo.

Una ciudad que retiene el calor

El estudio confirma que las superficies cubiertas con concreto, asfalto o grava actúan como trampas de calor: absorben la radiación solar durante el día y la liberan lentamente por la noche, lo que provoca que las temperaturas no bajen lo suficiente al caer el sol. En cambio, los terrenos con vegetación ayudan a mantener el entorno más fresco y pueden registrar temperaturas hasta 20 grados Fahrenheit más bajas.

La investigación también advierte que los sectores con mayor vulnerabilidad social —donde las familias enfrentan más limitaciones económicas o viven en viviendas sin buen aislamiento— son los mismos que presentan las temperaturas más altas.

Calor urbano en Houston y los lotes vacíos: una oportunidad perdida

Se calcula que Houston tiene alrededor de 45,000 acres de terrenos vacíos y 10,000 acres de estructuras abandonadas. Estas áreas, muchas veces concentradas en los vecindarios más antiguos, representan lo que los expertos llaman una “oportunidad desaprovechada”.

En lugar de ser espacios de abandono, estos lotes podrían convertirse en puntos de infraestructura verde, como jardines comunitarios, parques o corredores con árboles y superficies permeables. Estas iniciativas se conocen como mecanismos de enfriamiento pasivo, porque reducen la temperatura del entorno sin necesidad de energía o aparatos de refrigeración.

“Cada terreno baldío podría transformarse en un pequeño pulmón para la ciudad”, explicó uno de los investigadores. “No solo aliviaría el calor, sino que también mejoraría la calidad del aire y el bienestar de los vecinos”.


Lee también: Condado de Harris habilita panel público de enfermedades transmitidas por mosquitos


Calor urbano en Houston: el calor extremo y la salud

El calor extremo ya se ha convertido en uno de los principales riesgos ambientales en Houston, y las altas temperaturas de los últimos veranos lo confirman. En hospitales de la zona se ha registrado un aumento en casos de golpes de calor, deshidratación y problemas respiratorios, especialmente entre niños, adultos mayores y personas que trabajan al aire libre.

Los expertos advierten que, con el cambio climático, las olas de calor serán cada vez más frecuentes y prolongadas. Esto significa que las ciudades como Houston deberán adaptarse mediante soluciones urbanas que combinen infraestructura y sostenibilidad.

Algunos vecindarios del norte y este de la ciudad —caracterizados por zonas industriales y calles pavimentadas sin áreas verdes— registran temperaturas mucho más altas que las zonas residenciales con árboles o parques. Esa diferencia térmica puede alcanzar hasta 14 grados Fahrenheit, según los datos del estudio.

Cómo combatir el calor urbano en Houston y otras ciudades

Entre las recomendaciones planteadas por los investigadores se incluye reutilizar terrenos abandonados, incentivar la plantación de árboles y promover materiales de construcción que reflejen mejor el calor solar. Techos verdes, pavimentos claros y jardines comunitarios son parte de las medidas que podrían integrarse en los futuros planes de desarrollo urbano.

El estudio sugiere que estas acciones deben enfocarse, sobre todo, en las comunidades con mayor riesgo climático y menor acceso a espacios naturales. Con inversiones relativamente pequeñas, sería posible reducir las temperaturas locales, mejorar la calidad del aire y fortalecer la resiliencia ante el calor extremo.

Houston ya ha comenzado a adoptar algunas de estas prácticas, incorporando más árboles en corredores viales y expandiendo proyectos de infraestructura verde en barrios urbanos. Sin embargo, los especialistas coinciden en que la magnitud del problema exige un compromiso más amplio, que involucre tanto a las autoridades locales como a los propietarios de terrenos vacíos.

Calor urbano en Houston: más que un problema ambiental

El estudio concluye que el calor urbano no es solo una cuestión ambiental: también es un problema social y de salud pública. Las personas que viven en zonas más calurosas tienden a gastar más en energía eléctrica, tienen menos acceso a espacios recreativos y están más expuestas a enfermedades relacionadas con el calor.

“La lucha contra el calor urbano no se gana con aire acondicionado, sino con planificación y equidad”, subrayó el equipo investigador. “Las soluciones están frente a nosotros: usar la tierra de manera inteligente, dar espacio a la naturaleza y proteger a quienes más lo necesitan”.

Houston, una ciudad en constante crecimiento, tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de resiliencia climática. Aprovechar sus espacios abandonados podría ser el primer paso hacia un futuro más fresco, saludable y sostenible.


🗣️ Mantente informado sobre lo que está sucediendo en tu comunidad. Descubre más noticias locales en La Prensa de Houston. 

Ver más noticias