La ley de celulares en Texas prohíbe dispositivos en clase. Una petición estudiantil ya suma más de 135 mil firmas y Houston entra en el debate.
Una nueva ley estatal que prohíbe el uso de teléfonos celulares, relojes inteligentes y otros dispositivos electrónicos en los salones de clase ha generado fuerte oposición en Texas, incluyendo a estudiantes del área de Houston. La polémica se intensificó después de que una alumna de secundaria lanzara una petición que ya suma más de 135,000 firmas en línea.
La legislación, aprobada por la legislatura de Texas este 2025, exige que todos los distritos escolares implementen políticas para impedir el uso de celulares y aparatos similares durante el horario escolar. De acuerdo con la Agencia de Educación de Texas (TEA), las escuelas deben tener reglas claras sobre la medida antes del 18 de septiembre.
Estudiantes contra la ley de celulares y su prohibición
La petición fue creada el 24 de junio por Cyliyah Goodlow, estudiante de Lake Ridge High School, en Mansfield ISD, al sureste de Fort Worth. Ella considera que la ley es injusta y que incluso puede poner en riesgo a los alumnos en situaciones de emergencia.
“El tema va más allá de tener acceso a un teléfono”, explicó Goodlow al presentar la petición. “Se trata de seguridad, de ser escuchados y tratados como seres humanos, no como problemas que deben ser controlados”.
La iniciativa de Goodlow ha sido respaldada por estudiantes y padres en todo el estado, quienes temen que no poder usar un celular en un momento crítico, como un tiroteo escolar, pueda marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Houston ISD y la nueva ley de celulares
En Houston, la ley también tendrá impacto. El distrito escolar más grande de Texas ya contaba con restricciones: los estudiantes de Houston ISD no pueden usar teléfonos dentro del salón de clases, aunque sí se les permite llevarlos apagados en sus mochilas.
Con la nueva normativa, estas políticas deberán endurecerse. Escuelas públicas y chárter en el área metropolitana de Houston tendrán que presentar planes escritos para prohibir el uso de dispositivos personales, ajustándose a la ley firmada en junio.
El debate ha dividido a familias locales. Algunos padres apoyan la medida, argumentando que los celulares distraen del aprendizaje, mientras que otros temen que la prohibición limite la comunicación con sus hijos en emergencias.
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Petición gana fuerza en Texas
La petición contra la ley ha crecido rápidamente en popularidad. Más de 135,000 personas ya firmaron en línea, enviando un mensaje de rechazo a los legisladores estatales. Muchos firmantes son de áreas urbanas como Dallas, San Antonio y Houston, donde la discusión sobre seguridad escolar es más intensa.
Goodlow dijo que espera que su iniciativa logre captar la atención de los legisladores. “Ojalá esto provoque un cambio real y que empiecen a escuchar a las personas que se supone deben proteger”, expresó.
Seguridad vs. educación: un debate abierto
La ley se presenta como una estrategia para mejorar la concentración de los estudiantes y reducir la dependencia a los aparatos electrónicos dentro de las aulas. Sin embargo, críticos señalan una aparente contradicción: el mismo congreso que impulsa esta prohibición rechazó propuestas que habrían beneficiado directamente a los niños de Texas, como un programa para ofrecer comidas gratuitas durante el verano.
Organizaciones comunitarias en Houston han comenzado a organizar foros y reuniones escolares para analizar cómo se aplicará la prohibición en cada plantel y qué implicaciones tendrá para la seguridad estudiantil.
Lo que viene para Houston tras la ley de celulares
El tema apenas comienza. Mientras miles de familias preparan el regreso a clases, las escuelas de Houston ISD y de distritos vecinos deberán informar a los padres sobre los cambios en las políticas de uso de celulares.
Las autoridades educativas advierten que el incumplimiento de esta ley podría acarrear sanciones, por lo que cada plantel deberá diseñar medidas específicas. Esto incluye desde la instalación de casilleros especiales para dispositivos hasta sanciones disciplinarias para quienes no acaten las reglas.
En Houston, donde la seguridad escolar es una de las mayores preocupaciones de los padres, la discusión promete seguir generando debate. Lo que para algunos es una forma de mejorar el aprendizaje, para otros es una medida que limita la seguridad de los estudiantes.