Houston aplicó más de 500 multas en dos meses bajo la ordenanza de civismo, parte de un plan de $70 millones de sanciones a personas sin hogar.
En los últimos dos meses, el Departamento de Policía de Houston (HPD) emitió más de 500 multas a personas en situación de calle, tras la expansión de la llamada ordenanza de civismo, aprobada por el Concejo Municipal en julio. La cifra representa el nivel más alto de sanciones en un periodo de dos meses desde que el alcalde John Whitmire asumió el cargo el año pasado.
La medida forma parte de una estrategia más amplia, valorada en 70 millones de dólares, que busca reducir la presencia de campamentos en las calles y canalizar a las personas hacia programas de vivienda permanente.
Cómo funciona la ordenanza de civismo y las sanciones a personas sin hogar
La ordenanza de civismo prohíbe sentarse, acostarse o dejar pertenencias personales en las aceras de ciertas zonas de la ciudad durante el día. Desde julio, la regla se aplica las 24 horas en el centro de Houston y en East Downtown, lo que amplió considerablemente su alcance.
Junto a esta norma, existe también la ordenanza de obstrucción de aceras, que prohíbe bloquear pasos peatonales en cualquier momento. Ambas regulaciones han sido usadas para sancionar a personas en situación de calle, con multas que oscilan entre 194 y 252 dólares. En algunos casos, una misma persona recibe más de una sanción por infracciones diferentes, duplicando el monto.
Una década de sanciones a personas sin hogar
Un análisis de datos de los tribunales municipales de Houston muestra que desde 2016 se han emitido cerca de 29,000 citatorios relacionados con estas ordenanzas, de los cuales más de 19,000 fueron para personas registradas como “sin domicilio fijo”.
De los 6.5 millones de dólares en multas acumuladas en esos años, aproximadamente 2.2 millones fueron desechados en tribunales y 2.8 millones siguen sin pagarse. En más de 5,000 casos, las sanciones se acreditaron como “tiempo cumplido” porque las personas fueron encarceladas.
En el periodo del exalcalde Sylvester Turner (2016–2023), HPD emitió un promedio de 257 multas por mes. Bajo la administración Whitmire, antes de la expansión de la ordenanza, el promedio era de 188 sanciones mensuales. Tras la nueva aplicación 24/7, el número se disparó a 242 multas en el primer mes y 324 en el segundo.
Población sin hogar en Houston
De acuerdo con los conteos anuales realizados por la Coalición para las Personas sin Hogar y sus aliados, el número de personas sin refugio en el condado de Harris ha oscilado entre 1,000 y 1,500 en la última década. Estos datos muestran que la cantidad de multas emitidas no ha guardado una relación directa con el tamaño de la población sin techo.
Actualmente, en Houston y su área metropolitana existen alrededor de 3,300 personas en situación de calle, mientras que los refugios disponibles ofrecen menos de 2,000 camas. Esto significa que al menos un tercio de la población no tiene acceso inmediato a un albergue, lo que agrava el impacto de las nuevas sanciones.
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Sanciones a personas sin hogar: un plan con varias aristas
El gobierno municipal asegura que la aplicación más estricta de la ordenanza es solo una parte de un plan integral. Entre las medidas propuestas se incluye la creación de un “superhub” en el centro del condado de Harris, un espacio que funcionaría como albergue temporal con camas disponibles y un sistema de referencia hacia programas de vivienda permanente.
El Departamento de Vivienda de Houston planea presentar esta propuesta al Concejo Municipal en las próximas semanas, aunque todavía no hay un calendario claro para su operación.
De manera paralela, la ciudad continúa con el desalojo de campamentos. En el último año se han eliminado más de 100 asentamientos improvisados en pasos elevados y a lo largo del Buffalo Bayou. Esta misma semana, decenas de personas fueron retiradas de un campamento bajo la autopista US-59, en Nance Street, donde maquinaria pesada retiró pertenencias y basura acumulada.
Críticas y dudas sobre la estrategia
Expertos en estudios urbanos advierten que la criminalización de la indigencia complica los esfuerzos de reintegración. Aunque la estrategia busca desincentivar la permanencia en las calles, el resultado más frecuente ha sido la acumulación de multas impagables, encarcelamientos breves y la ruptura de lazos comunitarios dentro de los campamentos.
Investigaciones a nivel nacional señalan que las ordenanzas de civismo no reducen por sí mismas el número de personas sin hogar. Por el contrario, generan más interacciones con el sistema de justicia y debilitan la confianza necesaria para que las personas acepten ingresar a programas de vivienda o rehabilitación.
En Houston, la comunidad hispana también enfrenta de manera particular esta situación: muchos inmigrantes indocumentados en situación de calle temen buscar ayuda por miedo a interacciones con la policía, lo que limita su acceso a programas sociales y a refugios.
El reto de fondo: vivienda y sanciones a personas sin hogar
La raíz del problema sigue siendo la falta de vivienda accesible. En Houston, el costo de la renta ha aumentado más del 20% en los últimos cinco años, lo que ha dejado a miles de familias en riesgo de perder su hogar. Para quienes ya están en la calle, encontrar refugio estable es un desafío mayor debido a listas de espera y criterios de elegibilidad que excluyen a quienes tienen antecedentes criminales o problemas de salud mental no tratados.
Aunque el “superhub” podría aliviar parte de la presión, organizaciones locales de ayuda a personas sin hogar sostienen que solo una inversión sostenida en vivienda asequible y programas de apoyo a largo plazo podrá revertir la tendencia.
Sanciones a personas sin hogar: lo que viene para Houston
El Concejo Municipal deberá revisar en los próximos meses los detalles del nuevo centro de servicios y definir si amplía aún más los recursos para atender la crisis de vivienda. Mientras tanto, las multas y desalojos continúan, lo que deja en evidencia la tensión entre dos enfoques: controlar la presencia visible de la indigencia en las calles o resolver sus causas estructurales.
En una ciudad donde la población hispana representa casi la mitad de los habitantes, el debate no es ajeno a nuestras comunidades. La falta de refugio, el temor a sanciones y la escasez de alternativas hacen que miles de personas enfrenten cada día la misma pregunta: ¿dónde dormir esta noche?