México/EE.UU.- Los obispos de Ciudad Juárez (México), José Guadalupe Torres Campos; de El Paso (Texas), Mark Joseph Seitz, y de Las Cruces (Nuevo México), Peter Baldacchino, oficiaron una misa católica binacional sobre una tarima en el cauce del río Grande (Bravo), para recordar a 160 migrantes fallecidos este año.
Decenas de extranjeros alojados en albergues de la diócesis de Ciudad Juárez participaron en la ceremonia religiosa, en el lado mexicano del río, llevando consigo banderas de países como Perú, Venezuela, Panamá, Cuba, Colombia, Estados Unidos y México, entre otros, mientras sobre un templete de madera habilitado a manera de puente, a mitad del río, los obispos celebraron la eucaristía.
También acudieron defensores de migrantes, seminaristas, así como fieles católicos de El Paso y Nuevo México.
Las tres diócesis se congregaron cerca del lugar conocido como Casita de Adobe, donde se unen los estados de Chihuahua, Texas y Nuevo México, y dedicaron la misa por el eterno descanso de más de 160 personas fallecidas este año en la frontera Juárez-El Paso.
El obispo Torres Campos hizo referencia al lema escogido por el Papa Francisco para la 110 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2024: Dios camina con su pueblo, y expresó: experimentamos ese caminar de Dios con nosotros, que es, como hemos cantado en el salmo responsorial, compasivo.
Afirmó que los migrantes dan testimonio de que Dios camina con ellos, e invitó a pensar en todo el territorio latinoamericano, además, reivindicó la necesidad de impulsar acciones a favor de las personas en movilidad, de vencer el pecado de la indiferencia y del silencio, y asumir el deber de anunciar el Evangelio con las palabras y con las obras, sobre todo a través de la cercanía.
Respecto a los migrantes que no han logrado cruzar la frontera, quienes viajan en caravanas desde el sur de México o que esperan cita para solicitar asilo, Torres Campos les pidió que tengan paciencia, confíen en Dios, sepan que nosotros estamos con ustedes, los apoyamos en cualquier circunstancia.
Mientras tanto, la caravana migrante integrada por unas 2 mil 500 personas retomó su recorrido partiendo de Tapachula, Chiapas.
Franklin, uno de los coordinadores del contingente, ratificó la petición de ayuda humanitaria, principalmente para mujeres y niños que resienten los efectos de las extenuantes caminatas que buscan avanzar hacia Estados Unidos.