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Retrasados y sin respuestas: jubilados de Houston esperan cheques de pensión

by Redacción - La Prensa de Houston
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Cientos de jubilados de Houston aún no reciben su pensión tras acogerse al retiro anticipado. Algunos sobreviven con estampillas de comida.

Cientos de exempleados de la Ciudad de Houston llevan meses esperando los cheques de pensión que les prometieron tras acogerse al programa de jubilación anticipada lanzado en mayo. Mientras tanto, muchos enfrentan deudas, han tenido que pedir ayuda a familiares o incluso solicitar estampillas de comida para poder sobrevivir.

El caso de Javier Medina

Javier Medina dedicó 26 años de su vida a trabajar como técnico en el Departamento de Policía de Houston. En abril, poco después de perder a su madre, decidió acogerse al programa de retiro temprano impulsado por el alcalde John Whitmire. Lo hizo pensando en cuidar a su padre enfermo y en pasar más tiempo con sus dos hijos pequeños, de 8 y 9 años.

Pero lo que parecía un paso lógico se convirtió en un calvario. Cuatro meses después de su jubilación, Medina aún no recibe un solo cheque de pensión.

“Los acreedores ya no esperan, mis hijos necesitan ropa y útiles para la escuela. Si hubiera sabido que esto pasaría, jamás me habría retirado”, contó Medina, vecino de Pasadena.

Intentó pedir apoyo a la Comisión de la Fuerza Laboral de Texas, pero fue rechazado porque la ciudad le dio un pago único de incentivo —parte del programa— que, según la agencia, debía cubrir sus gastos mientras comenzaban los cheques mensuales.

Más de mil retirados, cientos sin pago

El programa de retiro anticipado fue una estrategia de la ciudad para ahorrar alrededor de 30 millones de dólares en el presupuesto. Más de 1,000 empleados aceptaron la oferta.

De acuerdo con la oficina del sistema de pensiones municipales, hasta agosto se habían procesado 703 solicitudes, pero aún quedaban 349 expedientes pendientes, con pagos prometidos “a finales de septiembre”.

Mientras tanto, el sistema ha recibido 13,000 llamadas de jubilados desesperados buscando información.

“Nunca pensé que pediría estampillas de comida”

El problema no se limita a Medina. Mary Porter, quien trabajó casi tres décadas en el Departamento de Parques y Recreación, también se jubiló en mayo. Como sus cheques nunca llegaron, terminó solicitando estampillas de comida por primera vez en su vida.

“Es una bendición poder recibir ayuda, pero también es vergonzoso”, dijo. “El programa está desorganizado, sin suficiente personal y con una comunicación pésima”.

Su compañera Tawana Guidry, con 29 años en el mismo departamento, también depende de estampillas de comida y busca un empleo de medio tiempo para salir adelante.

Ambas aseguran que entregaron toda la documentación en las oficinas de la ciudad. Sin embargo, semanas después recibieron llamadas pidiendo copias adicionales de su licencia de conducir y tarjeta del Seguro Social. Desde entonces, nadie les ha dado respuestas claras.

Promesas y culpas

En reuniones recientes del Concejo Municipal, el alcalde Whitmire aseguró que la responsabilidad no recae en su oficina, pues el sistema de pensiones funciona como un ente independiente. Sin embargo, fue él quien impulsó el programa de retiro como parte de su plan de ahorro.

Mientras el alcalde insiste en que muchos jubilados están satisfechos gracias al pago único de incentivo —que en algunos casos llegó a los 15,000 dólares—, otros señalan que ese dinero no fue suficiente para cubrir meses sin ingreso fijo.

Sherry Mose, presidenta de la junta del sistema de pensiones, culpó a los empleados jubilados por entregar mal los documentos. Pero para muchos, esa explicación solo refleja la falta de organización.

“Nos dijeron que todo estaba en orden cuando entregamos el papeleo. Si faltaba algo, lo tendrían que haber dicho en ese momento”, reclamó Guidry.

Comunidad hispana afectada

La crisis golpea especialmente a trabajadores latinos que durante décadas sirvieron a la ciudad en áreas como mantenimiento, recreación y transporte. En barrios como Gulfton, Magnolia Park y Northside, varios retirados hispanos han tenido que apoyarse en familiares o iglesias para cubrir renta y alimentos.

El caso de Javier Medina resuena entre muchos porque refleja el dilema de familias hispanas: padres que trabajaron años para dar estabilidad y ahora enfrentan incertidumbre justo cuando más necesitan seguridad financiera.

Lo que sigue

Aunque se espera que los pagos pendientes lleguen antes de que termine septiembre, el daño ya está hecho. Jubilados que soñaban con descansar ahora buscan empleos temporales o piden ayuda en despensas comunitarias.

“Lo mínimo que merecemos es respeto”, dijo Donna Malone, quien trabajó 35 años como especialista administrativa en la policía y aún espera parte de sus ahorros diferidos. “No es justo que después de tantos años de servicio, tengamos que pasar por esta incertidumbre”.

Mientras tanto, en Houston la conversación sigue abierta: ¿cómo garantizar que los jubilados de la Ciudad de Houston reciban con dignidad lo que ya ganaron con su trabajo?


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