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La evacuación por el huracán Rita, una pesadilla

Recientemente, se cumplieron 20 años del azote del huracán Katrina en Nueva Orleans, semanas después vivimos en Houston una evacuación que se transformó en una muy mala experiencia.

by Domingo Banda

Eran las cuatro de la tarde de un caluroso día del mes de septiembre; los archivos dicen que fue el día 21. Lo único que recuerdo es que nos alistamos en familia para irnos de la ciudad de Houston, ante una evacuación mandatoria ante la posible llegada del huracán Rita.

Era el año 2005, apenas tres semanas antes, el huracán Katrina causó una tragedia en la ciudad de Nueva Orleans. Entonces, con esas imágenes frescas, la noticia de la llegada de un posible huracán, ahora a Houston, causó pánico entre los residentes y las autoridades, que a toda costa querían evitar una situación como la que acaba de ocurrir en Luisiana.  

Ya desde el 19 de septiembre, se había mandado evacuar a todos los residentes de la costa cercana a nuestra región y así poco a poco llegó hasta el lugar donde vivía con mi familia.  

Para empezar, era la primera vez evacuando, unos años antes, habíamos pasado las terribles inundaciones de la tormenta tropical Alison, pero eso no causó tanto miedo como Katrina.

Así como mi familia, también millones de personas estaban haciendo lo mismo, huyendo de lo que se pronosticaba como un huracán de categoría 5.  

Al subir al auto con algunas pocas de nuestras pertenencias, en su mayoría algo de ropa y los documentos necesarios, no pasó ni siquiera por nuestra mente que nos embarcamos en lo que se convertirá en una de las experiencias que nos marcaron y que en ese momento se convirtió en un reto muy difícil.    

Nuestra meta era llegar a Dallas, donde seríamos recibidos por conocidos, usualmente los que vivimos aquí en la ciudad espacial. Estamos acostumbrados a viajar a esa ciudad y nos toma unas tres horas y media a 4 horas.

En esa ocasión fueron 27 horas, con el auto moviéndose a vuelta de rueda; en ratos estábamos completamente parados sin alcanzar movernos  ni unos metros. 

Así como nosotros, según los récords del estado, evacuaron entre 2.5 y  3.7 millones de personas y dejaron todo atrás para ponerse a salvo Rita.     

Las rutas de evacuación en Texas se vieron abrumadas por el volumen de tráfico inesperado a pesar de la implementación del plan de gestión de tráfico del estado, que pretendía acelerar el flujo de tráfico hacia el norte fuera de las áreas de marejada ciclónica.

La incertidumbre sobre si utilizar o no el contraflujo en las carreteras que conducen a San Antonio y Dallas provocó retrasos en su implementación; el uso del contraflujo no formaba parte de los planes de evacuación estatales y anteriormente los funcionarios estatales lo consideraban demasiado complejo logísticamente y laborioso. Finalmente, se promulgó en la Interestatal 45 y la Interestatal 10, pero tardó 12 horas en implementarse por completo.

Los tiempos de viaje fueron de 12 a 36 horas, nos enfrentamos a escasez de combustible, agua, alimentos y atención médica, así como a temperaturas que alcanzaron los 100 °F acompañadas de alta humedad. 

La evacuación masiva fue mortal; 107 evacuados murieron, una cifra muy superior a la de las personas directamente fallecidas por las fuerzas de Rita y que representa la mayoría de las muertes asociadas con el huracán. 

Muchos murieron como resultado de factores relacionados con el agotamiento por calor, agravado por la congestión del tráfico, y 23 residentes de una casa de ancianos murieron en el incendio de un autobús cerca de Dallas.

Hoy, 20 años después, reflexionamos sobre esa experiencia y a la vez nos preguntamos si estamos preparados para otra evacuación masiva y si aprendimos algo que podamos mejorar.  

 

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