Entramos al mes de diciembre y, por ende, ya es oficialmente la época navideña, aunque aquí en este país muchos se han adelantado y en sus casas ya brillan las lucecitas y los arbolitos adornan las salas.
Al llegar este último mes del año, también entra la preocupación de muchos por los regalos. Unos no saben qué le regalarán a sus familiares y amigos, pues las opciones son muchas. Mientras que otros tienen una preocupación completamente diferente, no tienen los recursos para poder obsequiar un detalle navideño a sus seres queridos.
Alguna vez en la vida todos hemos pasado por eso; tal vez la situación económica no es muy buena o hemos tenido otros gastos fuertes, pero no hay dinero para los regalos que estarán bajo el arbolito.
Sin embargo, pocos comprendemos que lo importante es estar en familia y cerca de nuestros seres amados; puede esta parecer una frase muy trillada, pero al final del día nos damos cuenta de que ese es el verdadero valor de la Navidad.
Hace unos días una persona cercana falleció y, después de todos los servicios funerarios, los rosarios y demás, reflexioné sobre cómo uno deja el mundo sin llevarse nada. De esta persona, yo cada año recibía un detalle en Navidad, tal vez adquirido con mucho esfuerzo, pero cada año tenía algo en mis manos para abrir.
Hoy, cuando justo nos acercamos a las fiestas navideñas, sé que ya no tendré ese regalo y que el que recibí el año pasado fue el último.
Entonces pienso que se valora más la presencia de una persona que uno estima que lo que materialmente nos pueda dar. Quizás en esta Nochebuena hubiese preferido disfrutar de una de sus historias y de la plática que siempre tenía con ella.
No llegará a la puerta puntualmente como lo hacía, no regañará a alguno, no reirá con otros, que quizás, al igual que yo, preferiría que estuviera presente aunque no trajera regalos.
Cada año nos dejamos llevar por la emoción de querer obsequiar y hacer sentir bien a quienes rodean nuestro entorno, pero una caja envuelta no lo es todo.
Un abrazo tal vez en un futuro sea más valioso que una corbata o una camiseta en nuestro closet.
Y es que, según datos, se proyecta que los estadounidenses gastarán alrededor de $1,000 en regalos de Navidad en 2025, pero esta cantidad varía significativamente según los ingresos del hogar: los hogares con mayores ingresos, entre $100,000 y más, planean gastar un promedio de $1,479 y los hogares con menores ingresos de $50,000 planean gastar $651.
Estas cifras se basan en encuestas recientes de finales de 2025 y muestran un posible aumento del gasto general, aunque los hogares con menores ingresos están gastando menos que el año anterior.
Hay que pensar también en los gastos que ya tenemos, en las deudas que ya tenemos; no todo se trata de lo material.
Tenemos que cuidar nuestra salud y nuestra tranquilidad porque los inicios de años siempre vienen con desafíos.
Hay que reflexionar y hacer un buen plan si queremos regalar algo a nuestros seres queridos en estas fiestas. No incurramos en gastos que luego no podremos solventar.
Hay que entender que quienes festejamos la Navidad tenemos como prioridad la unidad familiar, las buenas acciones y demás. Quizás el regalo pase a segundo plano.
¿Usted qué opina?