Washington.- El presidente Donald Trump intensificó drásticamente la escalada militar de Estados Unidos en el Caribe al desplegar el grupo del portaaviones Gerald Ford en América Latina, una demostración de fuerza que supera con creces cualquier necesidad antinarcóticos anterior y representa el movimiento más grande de Estados Unidos en la región.
El despliegue forma parte de la expansión militar de Trump en el Caribe, que incluye otros ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones F-35. Es probable que el movimiento suscite preocupación en la región sobre las intenciones de la administración Trump.
La decisión es una escalada significativa en un contexto de creciente tensión con Venezuela, a cuyo gobierno Washington acusa desde hace mucho tiempo de albergar narcotraficantes y socavar las instituciones democráticas.
«La mayor presencia de fuerzas estadunidenses en el USSOUTHCOM AOR reforzará la capacidad de Estados Unidos para detectar, vigilar y desbaratar actores y actividades ilícitas que comprometen la seguridad y prosperidad de la patria de Estados Unidos y nuestra seguridad en el hemisferio occidental», dijo el portavoz del Pentágono Sean Parnell.
No especificó cuándo se trasladará el portaaviones a la región, pero desde hace días, el portaaviones estaba viajando a través del Estrecho de Gibraltar y por Europa.
El Ford, que entró en servicio en 2017, es el portaaviones más nuevo de Estados Unidos y el más grande del mundo, con más de 5 mil marineros a bordo.
Desde principios de septiembre, el ejército estadounidense ha realizado 10 ataques contra presuntos buques narcotraficantes, la mayoría en el Caribe, en los que han muerto unas 40 personas. Aunque el Pentágono no ha dado mucha información, ha dicho que algunos de los muertos eran venezolanos.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha denunciado en repetidas ocasiones que Estados Unidos pretende expulsarle del poder.
Dijo que si Estados Unidos llegase a intervenir en su país, se «declararía una huelga general insurreccional revolucionaria de la clase obrera, campesina, en las calles hasta que se retomara el poder» y añadió que «verían el desfile de millones de hombres y mujeres con fusiles».
Washington duplicó en agosto su recompensa por información que condujera al arresto de Maduro a 50 millones de dólares, acusándole de vínculos con el narcotráfico y grupos criminales que Maduro niega.
El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció que el más reciente ataque contra una presunta embarcación del narcotráfico mató a seis personas en el Caribe.
La tensión entre Estados Unidos y Colombia también ha aumentado en días recientes. Trump acusó al presidente colombiano Gustavo Petro de ser un «líder de la droga ilegal» y un «mal tipo», expresiones que el Gobierno de Petro consideró ofensivas.
Trump dijo que su administración planea informar al Congreso de Estados Unidos sobre las operaciones contra los cárteles de la droga y que, aunque no necesitaba una declaración de guerra, los movimientos en tierra serían los siguientes.
«Estas fuerzas mejorarán y aumentarán las capacidades existentes para interrumpir el tráfico de narcóticos y degradar y desmantelar (las organizaciones criminales trasnacionales)», dijo Parnell.