Un caso reciente de VIH detectado a una persona que se aplicó el tratamiento de “Facial Vampiro”, donde otras dos personas pacientes resultaron contagiados, trae de nuevo a revisión los riesgos y beneficios de esta técnica que para muchos tiene grandes logros, pero no se cuenta aún con información suficiente para determinar qué es un proceso seguro.
Fue en 2018 cuando dos casos de contagio del Virus de Insuficiencia Humana (VIH) fueron detectados en pacientes que se aplicaron el procedimiento denominado “Facial Vampiro” en la clínica VIP Beauty Salon and Spa de Nuevo México, cuando se sometió a revisión dicho procedimiento.
No obstante, en fechas recientes se detectó un caso más de VIH en una persona que se atendió en dicha clínica, por lo que aplicarán más pruebas en otros pacientes que se atendieron en dicha clínica, que fue cerrada.
Pero, ¿en qué consiste dicho tratamiento?: Es una terapia de hidratación y rejuvenecimiento de la piel a base de micro inyecciones de plasma extraído de la sangre del propio paciente.
También, consiste en extraer la sangre del paciente y centrifugarla para aislar el plasma rico en plaquetas.
Se asegura que está lleno de trombocitos y factores de crecimiento, por lo que podría ayudar a inducir la reparación celular. Este fluido luego se infiltra en el rostro y el resto de la sangre se aplica a modo de una mascarilla.
Da la impresión de que la persona está herida. En ambos procedimientos el rostro del paciente se llena de sangre, por lo que de ahí proviene el nombre de “Facial Vampiro”.
Dentro de los riesgos que los especialistas han detectado, además de la posibilidad de poder contraer alguna enfermedad, se encuentra que en muchos casos las personas que aplican dichos procedimientos no cuentan con el conocimiento adecuado al no ser especialistas médicos, por lo que los riesgos de contagiarse de alguna enfermedad se disparan.
Para el “Facial Vampiro” se extraen seis tubos de 2.7 mililitros de sangre al paciente y se centrifugan por 8 minutos.
El plasma separado, se coloca e inyecta en el rostro al mismo tiempo de realizar, en promedio, entre 48 y 75 mil micro punciones con un aparato que tiene entre 12 y 36 agujas.
Son agujas de distintas longitudes, desde 0.5 hasta 2.5 milímetros, muy delgadas, que perforan la piel y hacen un hoyito tal cual, denominada micro punción.
Lo que pone en riesgo es aplicar el hemoderivado mal aplicado. Al utilizar sangre para el procedimiento, deben ser médicos certificados quienes lo realicen.
La sangre mal manejada sobre una piel que tiene estas micro punciones y la adquisición de todo tipo de infecciones, ya sea vírales o bacterianas.
Infección por VIH, hepatitis B, C, infecciones por micobacterias resistentes a muchos antibióticos y que nos generan infecciones en la piel difíciles de tratar muchas veces. S
obre la efectividad de dicho facial hay opiniones encontradas, algunos dicen que la técnica tiene muchos beneficios, pero no hay conocimiento de revisiones más exhaustivas sobre su efectividad precisa.