Por Lesley Briones/Comisionada
Precinto 4/Condado Harris
Este día de las madres se cumplen casi ocho años desde que enfrenté la segunda de mis dos dolorosas pérdidas de embarazo. Cada una de ellas me dejó hospitalizada.
Fui bendecida de que las leyes en Texas, y en el país, no eran lo que son ahora. Por eso, pude obtener la atención que necesitaba para estabilizarme.
Ese no sería el caso hoy día.
En la década de 1980, el presidente Reagan firmó la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto (EMTALA, por sus siglas en inglés), garantizando a cada persona el derecho a ser estabilizada en una sala de emergencias, independientemente de su capacidad para pagar. Las nuevas prohibiciones estatales en contra del aborto amenazan con eliminar este derecho y limitar la capacidad de los médicos para administrar tratamientos que salven vidas.
Ya estamos viendo el impacto de estas leyes conflictivas. Reportajes en medios de comunicación han presentado numerosos casos en los que se pusieron en riesgo las vidas de mujeres tras no ser admitidas en hospitales y no recibir estabilización. Recientemente, en el Condado Harris, una mujer tuvo un aborto espontáneo en el baño de la recepción de una sala de emergencia porque se le negó la ayuda médica.
Esta es la realidad actual de mis tres niñas, quienes están creciendo con menos derechos que sus abuelas. Como madre, latina y católica, me indigna profundamente ver cómo va disminuyendo la igualdad al tiempo que le arrebatan las libertades a mis hijas y a todas las mujeres jóvenes. Como abogada y exjueza, me horroriza ser testigo de cómo el sistema legal se convierte en un arma contra las mujeres en lugar de proteger sus derechos fundamentales.
Cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos revocó el caso de Roe vs. Wade, borró medio siglo de progreso y le dijo a nuestras hijas que los legisladores de sus estados tendrían la última decisión sobre sus cuerpos.
Cuando la legislatura de Texas aprobó una ley draconiana que prohíbe los abortos sin excepciones en casos de violación o incesto, le dijo a nuestras hijas que sus derechos eran menos importantes que los de un criminal.
Y cuando Texas demandó a la Administración Biden alegando que EMTALA no avala el derecho a un aborto, incluso en casos de emergencias médicas, le dijo a nuestras hijas que la atención de estabilización garantizada para todos los estadounidenses no aplica para ellas.
Por este clima político extremo, la sobrevivencia de nuestras hijas estará condicionada por unas leyes hechas por unos pocos que manejan la Corte Suprema y la legislatura de algunos estados.
En un escenario similar en Idaho, la Corte Suprema decidirá si revoca décadas de práctica bajo EMTALA a favor de la prohibición casi total del aborto, lo que probablemente afectaría el caso relacionado de Texas. Para ambos estados, la muerte debería ser el umbral. Es decir, a un médico sólo se le debe permitir realizar un aborto si determina que la paciente moriría si no se le practica.
Los magistrados de la Corte Suprema, especialmente las mujeres, presentaron ejemplos hipotéticos y reales que incluían evaluaciones como «meramente una enfermedad grave», la pérdida de órganos o la futura capacidad de tener hijos.
La respuesta breve de Idaho sobre la decisión entre la muerte o la opción de “meramente una enfermedad grave”, es subjetiva; en este estado, la atención médica no debería ser un derecho en absoluto solo hasta que una mujer esté cerca de morir.
Si la Corte Suprema falla a favor de Idaho, las mujeres embarazadas en Idaho, Texas y muchos otros estados no podrán ser estabilizadas en centros de atención. Por el contrario, los médicos se verían obligados a dejar que su salud se deteriore hasta que estén seguros de que podría morir.
Pero, incluso cuando los políticos extremistas trabajan para socavar los derechos fundamentales de los estadounidenses, mi mensaje para nuestras hijas es este: los líderes del Condado Harris lucharemos para proteger su acceso a la salud reproductiva.
Gracias a la asignación directa de fondos federales de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense de la Administración Biden-Harris, la Corte de Comisionados que conformamos mis colegas y yo, logró una asignación de seis millones de dólares para nuestro Fondo de Acceso a la Atención Médica Reproductiva.
Dentro de los límites de las leyes de Texas, el Condado Harris está invirtiendo en organizaciones locales para brindar servicios esenciales de atención médica reproductiva, incluido el acceso a servicios integrales de planificación familiar, exámenes de detección de enfermedades de transmisión sexual y más.
En el Condado Harris estamos fortaleciendo la capacidad de las mujeres de controlar su futuro reproductivo, ya sea a través de la educación, la planificación familiar o las pruebas de salud. Estamos transmitiendo un mensaje alineado con los principios de EMTALA: usted merece acceso a la atención.
Entonces, mientras los extremistas buscan ganar puntos políticos alejados de la mayoría de los estadounidenses, nosotros estamos tomando acciones para apoyar a nuestras madres y familias.
Pero, como el tercer condado más grande del país, ¡el Condado Harris resiste! Y esta madre texana luchará con todas sus fuerzas hasta el final para construir la Texas que nuestras hijas merecen.