Las imágenes de cadáveres putrefactos en la ciudad de Guayaquil, recordaron lo ocurrido en las primeras semanas de la pandemia y con ello la reiterada crítica de que el sistema de salud y las morgues evidencian un servicio público deficiente desde hace años en este país.
Según las denuncias y la respuesta oficial, más de 200 cadáveres putrefactos de personas asesinadas quedaron expuestos y apilados tras una avería en los contenedores refrigerantes en la morgue principal de esa ciudad costera.
Por eso, los agentes policiales casi de inmediato retiraron los cadáveres en descomposición. Lo que llama la atención es que esos cuerpos serían de delincuentes supuestamente asesinados en disputas de bandas y de víctimas de los ataques de los grupos criminales, dado el recrudecimiento de la violencia en las últimas semanas.
De acuerdo con los principales testimonios, esta situación se agrava cada día porque los familiares de los fallecidos no se acercan a identificarlos por temor a represalias de las bandas criminales. Sólo este año se reportan más de mil 300 crímenes en Guayaquil. Pero a la morgue de esa ciudad llegan cadáveres de poblaciones aledañas con altos índices de violencia.