Houston. – Melissa Lucio es la primera latina en el corredor de la muerte en Texas, en tiempos recientes. Su fecha de ejecución está programada para el próximo 27 de abril, tres días después de su cumpleaños.
Su familia, activistas en contra de la pena de muerte y grupos de defensa legal, están convencidos de su inocencia y esperan lograr que el pedido de clemencia llegue a tiempo y salvarla de morir ajusticiada por las leyes de Texas.
Lucio, enfrenta pena de muerte por el fallecimiento de su pequeña hija Mariah, de dos años quien murió al caer de las escaleras, en una tragedia que ocurrió en el 2007 en Harlingen, Texas.
Desde ese día, la mexicoamericana, madre de 14 hijos ha mantenido su inocencia. En el momento del accidente de Mariah, Lucio tenía ya 12 hijos de 2 a 15 años y estaba embarazada.
Ella dio a luz a unos gemelos estando ya en prisión y tras su sentencia de pena de muerte en el 2008. Sus gemelos fueron dados en adopción y viven en Dallas, Texas.
Su hijo John Lucio está devastado. Él está convencido de la inocencia de su madre. Él tenía 17 años cuando ocurrió la tragedia. Hoy tiene 32 años y desde que se enteró que su mamá ya tiene fecha para morir está muy triste y se ha unido a la causa de los que buscan con argumentos legales probar su inocencia.
“Mi mamá no es culpable”, afirmó a La Prensa de Houston con evidente dolor.
Melissa Lucio no tuvo una infancia feliz ya que junto con su familia vivió en pobreza extrema. Además de eso fue una niña abusada sexualmente en repetidas ocasiones por el padrastro y por familiares. A los 16 años se casó con el fin de escapar de ese ciclo de violencia intrafamiliar, pero también sufrió violencia en el matrimonio.
Un caso plagado de discrepancias, injusticias y abuso legal.
Abogados defensores de Innocence Project e Innocence Network, han presentado un pedido de clemencia ante la Suprema Corte argumentando que el interrogatorio para Lucio tuvo algunas anomalías legales, por ejemplo, el interrogatorio al que fue sometida el mismo día en murió Mariah.
“Un interrogatorio bajo presión psicológica que obliga a los acusados a confesar crímenes que no cometieron”, dicen los abogados de estas organizaciones sin fines de lucro.
Un interrogatorio que duró más de cinco horas y en presencia de detectives armados que incitaban a la acusada a confesar que la muerte de su hija Mariah fue intencional y no accidental.
“Supongo que lo hice. Soy responsable”, habría contestado la madre de familia que en ese tiempo ya tenía un avanzado estado de gestación.
Asimismo, durante el juicio se le impidió presentar evidencia que hubiera explicado por qué confesó falsamente durante el primer interrogatorio de los Texas Rangers.
Aunado a eso, su caso estuvo a cargo Armando Villalobos un fiscal del condado Cameron que presentó una confesión de homicidio y buscó pena de muerte para la mujer hispana. Hoy día, el exfiscal Villalobos está cumpliendo sentencia de 13 años en prisión federal por delitos de soborno y extorsión.
Su hermana, Sonia Valencia Álvarez confía en que Melissa salga libre y se compruebe su inocencia.
“Ella tenía todo en su contra, mujer pobre, hispana, abusada sexualmente”, dijo Valencia Álvarez quien junto con otros miembros de la familia y activistas recorre el país presentando un documental que narra el caso de Melissa Lucio y presenta evidencia que podría ayudar a comprobar su inocencia.
Según datos del Registro Nacional de Exoneraciones, aproximadamente el 40% de mujeres exoneradas han sido juzgadas injustamente por lastimar a niños u otros seres queridos bajo su cargo.