Pasadena, TX.- Desde tempranas horas de la tarde los miembros de la Iglesia Mundo Pentecostal comenzaron a movilizarse de forma muy organizada. Entre el calor del día, el ir y venir de gente y medios de comunicación, se comenzó con el servicio funerario de la niña de 11 años, María Elena González.
Desde antes que las puertas de la iglesia abrieran, ya había un buen grupo de personas esperando entrar para dar el último adiós a la pequeña guatemalteca que murió asesinada el 12 de agosto.
A eso de las 2 de la tarde de este miércoles 23 de agosto, llegó la carroza con el féretro color rosa tenue con los restos de la menor, allí su padre Carmelo González ya esperaba a su hija junto con otros familiares para tener un momento privado.
“Cuiden a sus familias, lamentablemente pasan cosas como la que me pasó a mi. Yo se que mi princesa está en el cielo. Gracias a todos tanto a la policía, como a la comunidad que me han apoyado, muchísimas gracias”, dijo González a quienes asistieron para acompañarlo y darle el pésame.
No solo amigos y conocidos estuvieron presentes, gente de la comunidad que buscaba mostrar su apoyo a la familia y dar sus respetos a María.
“Lo que sucedió fue muy triste y tocó nuestro corazón. Es triste que a una niña le haya pasado algo tan grave”, dijo con voz entrecortada Nora Fuentes, quien dijo ser de origen guatemalteco y por eso decidió ir a mostrar su apoyo a sus paisanos.
Así como ella, llegó también la señora Esther de Luna, vecina del lugar y quien dijo estar consternada ante los hechos.
“Estuve rezando para que Dios le de consuelo a la mamá y al papá. Yo soy abuela y no quisiera estar en su lugar”, expresó.
El caso tomó un auge mediático por la severidad de asesinato. La niña fue asaltada sexualmente, estrangulada y luego su cuerpo fue envuelto en una bolsa de basura y puesto en un canasto abajo de la cama, según ha venido reportando el Departamento de Policía de Pasadena.
Es por eso que al asistir al velorio la gente aprovechó para pedirle a las autoridades que se haga justicia en este caso que ha cimbrado a su comunidad.
“Espero que le den el máximo castigo, que lo mataran”, dijo la señora de Luna.
El sospechoso por este atroz acto es Juan Carlos García-Rodríguez, de 18 años, y también de origen guatemalteco y fue arrestado en el vecino estado de Luisiana. Justo en el momento que se realizaba el funeral de la niña, García-Rodríguez llegaba extraditado al edificio de la policía de Pasadena, localizado a minutos de la iglesia.
“Hay mucha consternación y tristeza. Pido a las autoridades que se haga justicia por la niña, nosotros como comunidad apoyamos”, exclamó Ana Sisco, residente de Pasadena, que dijo vivir a solo unas cuadras del apartamento donde ocurrió la tragedia.
Hecho que la sorprendió, pues dijo que “este pueblo siempre ha sido tranquilo, tengo como veinte años viviendo aquí y no se oía nada de asaltos, robos o asesinatos”.
Después de la celebración de vida en la iglesia de Pasadena, los restos de María serán enviados a su natal Guatemala donde ya su madre y su pequeña hermana la esperan.
Mientras tanto al sospechoso de su muerte le espera un proceso legal donde de ser encontrado culpable puede enfrentar la pena de muerte.