Home Vida & EstiloSalud En el tema de salud hay que cuidar a los cuidadores

En el tema de salud hay que cuidar a los cuidadores

Luego de que una persona sufre un infarto o derrame, los cuidadores que muchas veces son familia y amigos son indispensables, pero ellos necesitan ser cuidados también.

by Domingo Banda

Vivir con una afección médica crónica luego de sobrevivir a un ataque cardíaco o derrame cerebral puede acarrear muchas otras necesidades de cuidado personal y de salud, y con frecuencia los supervivientes deben recurrir a la ayuda de un familiar o amigo cercano. 

El cuidado entre distintas generaciones ha sido por mucho tiempo una parte importante de la cultura hispana/latina. Sin embargo, cada vez más investigaciones demuestran que las personas que se desempeñan como cuidadores no remunerados pueden no recibir el cuidado que necesitan para llevar vidas más largas y saludables, según considera la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón), que celebra 100 años de servicio salvando vidas como la principal organización sin ánimo de lucro del mundo centrada en la salud del corazón y el cerebro para todos.

Según el Censo de los EE. UU., la comunidad hispana/latina es la población étnica o racial de más rápido crecimiento del país, y la que envejece con mayor rapidez. La cantidad de adultos hispanos de 65 años o más casi se ha triplicado desde el 2000, a alrededor de 4,9 millones en 2020. Para 2060, se proyecta que esa cifra se cuadriplique.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU. informan que, en su conjunto, 1 de cada 5 adultos en los Estados Unidos brinda cuidado o asistencia en forma regular a un familiar o amigo con un problema cardíaco o una discapacidad; el 58 % son mujeres y casi un tercio brinda cuidado durante al menos 20 horas por semana. 

“Debemos reconocer que pueden existir costos financieros relacionados con el cuidado, así como mayores riesgos sobre la salud física y psicológica. Entre las personas que cuidan familiares con enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca, se observó aislamiento social y ruptura de las relaciones con personas ajenas a la familia”, dijo Adriana Quinones-Camacho, M.D., jefa de medicina en NYU Langone Health.

Existen muchas facetas en lo que se refiere a brindar cuidado, desde proporcionar cuidado de la salud, como el cambio de vendas y la administración de medicamentos, hasta ayudar con las necesidades personales, como bañarse, cambiarse y preparar la comida. 

Asimismo, podría ser necesario asumir tareas administrativas, como programar turnos médicos o conseguir transporte con ese fin, presentar reclamaciones de seguros y pagar facturas domésticas.

“Existe mucho estrés relacionado con saber que alguien depende de ti y la sensación de que apenas hay suficientes horas en el día para cuidarlos, mucho menos para cuidarse. Sin embargo, sí se debe tener en cuenta que si uno se enferma, ¿quién te llevará al médico? ¿Quién cuidará a tu ser querido y se ocupará de las tareas del hogar y de tus obligaciones laborales si aún trabajas? Es por eso que cuidarte realmente debería ser el primer punto de tu lista como cuidador”, expresa Quinones-Camacho.

Consejos para ayudar a los cuidadores a cuidar de sí mismos:

  • Averigüe todo lo que pueda sobre la afección de su ser querido. El saber otorga poder.
  • Establezca límites; diga ‘no’ cuando sea apropiado, no se quede con lo que no puede cambiar y reconozca que está dando lo mejor de sí.
  • Haga una dieta saludable con poca cafeína.
  • Descanse lo suficiente.
  • Busque un sistema de apoyo y comparta sus sentimientos con alguien que quiera escucharlo o comprenda lo que siente.
  • Cultive su vida espiritual y concéntrese en las cosas que agradece todos los días.
  • Hágase tiempo para usted y sus amigos; participe de actividades que disfrute, como la actividad física regular.
  • Controle su salud, mantenga sus turnos médicos y odontológicos actualizados y comunique a su profesional de atención de la salud si experimenta señales de depresión, que pueden tratarse con terapia de conversación o medicación.

Fuente American Heart Association

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