Entre las muchas artesanías mexicanas conocidas alrededor del mundo están sin duda los famosos alebrijes.
Son figuras míticas y fantásticas hechas de cartón o el arte del papel maché.
Durante la temporada de “Día de los muertos”, son de suma importancia pues según la tradición se cree que estos coloridos monstruos ayudan a ahuyentar los malos espíritus y sólo guiar a las almas de los difuntos a sus altares.
Los alebrijes generalmente representan a un animal imaginario, conformado por elementos fisionómicos de varios animales diferentes.
La creación de estas figuras se atribuye al señor Pedro Linares López, quien nació en 1906 en la Ciudad de México. Se le reconoce como el inventor de los de los alebrijes, pues fue él quien comenzó a darles forma en papel.
A la edad de 30 años, Linares López, quien era cartonero de oficio, enfermó quedando inconsciente y, según él, en un profundo sueño se le revelaron las criaturas extrañas que cambiaron su destino como artesano de la Merced.
Después de ese momento, ya totalmente recuperado, empezó a recordar su sueño y quería que su familia y todas las personas conocieran a esos animales fantásticos, que según contaba en sus sueños le decían la palabra ‘alebrije’.
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Fue entonces que aprovechando su habilidad de cartonero, tomó un pedazo de papel y moldeó esas figuras, las pintó igual que como estaban en sus sueños, dándole vida a lo que hoy conocemos como alebrijes.
A lo largo de su vida mostró su trabajo a mucha gente, mexicanos y extranjeros, siendo invitado a Estados Unidos y Europa para exhibir sus alebrijes.
Linares López, trabajó jornadas de 16 horas todos los días, hasta un día antes de su muerte, la cual sucedió un 26 de enero de 1992 a la edad de 86 años.
A él se le reconoce porque conservó las tradiciones populares que sus abuelos y padres le habían heredado, aportó una invaluable creación al arte mexicano y a las mismas tradiciones populares.
Actualmente, los alebrijes son artesanías inmensamente reconocidas por su colorido y por ser figuras únicas, además por lo que representan no solo en la cultura sino también en las creencias populares.
Es bien común encontrar los alebrijes en los altares de Día de Muertos, entre las flores de cempasúchil, el incienso del copal y las velas que alumbran el camino de los difuntos.
Se han convertido en parte de la cultura y folklor nacional de México y ha rebasado fronteras.
