Texas.- El expresidente Donald Trump aseguró que si regresa a la Casa Blanca en 2024 «tomará el control» de la frontera con México, al tiempo que arremetió contra la migración. Acompañado del gobernador Greg Abbott, quien respaldó su candidatura a la Casa Blanca, Trump dijo que si vuelve a gobernar «le hará el trabajo más fácil» a las autoridades texanas, cuyo territorio colinda con México, y por donde habitualmente ingresan miles de migrantes, principalmente de América Latina.
«Vamos a tomar el control de la frontera y vamos a hacer que tengamos la frontera más segura de la historia. Ahora tenemos la frontera más insegura de la historia», dijo Trump durante una visita a agentes fronterizos en la ciudad de Edinburg.
El republicano dijo que con el gobierno del demócrata Joe Biden «bandas de matones» estaban invadiendo Estados Unidos.
En una reciente presentación ante el Congreso, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, reconoció que, desde que Biden asumió el poder en 2021, se han realizado 6 millones de interceptaciones de migrantes.
«Creo que al final de esta administración habrá 15 millones de personas (…) viniendo a nuestro país ilegalmente. Y a mucha de esta gente no la queremos en el país», añadió Trump.
En las últimas semanas, el expresidente ha intensificado su retórica de campaña, al advertir que los migrantes irregulares están «envenenando la sangre» del país y al denunciar a sus oponentes políticos como «alimañas».
La campaña de Trump ha dejado claro que si este vuelve al poder, diseñará una dura represión contra los migrantes irregulares, con centros de detención y deportaciones masivas. Su visita a Texas, donde tiene un amplio respaldo popular, llega en momentos en que Abbott se alista a promulgar una norma que convertirá en delito el ingreso irregular de migrantes a Texas.
Esta ley entregará a las autoridades locales la potestad de detenerlos e incluso expulsarlos hacia territorio mexicano.
La cancillería mexicana expresó recientemente su «rechazo ante estas medidas antiinmigrantes» que pretendan detener el flujo de personas «mediante su criminalización, lo que resultará en la separación de familias, discriminación y perfilamiento raciales».
Si se promulga, esta norma «fácilmente figuraría entre los proyectos de ley más radicalmente antiinmigrantes jamás aprobados por una legislatura», ha dicho la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) de Texas.
Abbott también hizo instalar a mediados de año una línea de enormes boyas en una porción del Río Bravo, frontera natural entre Texas y México, para contener el avance de migrantes. Según dijo Trump, «el país se está yendo al infierno. Tenemos gente a la que no le importa, o no son inteligentes u odian al país (…).
¿Quién se puede oponer al muro?» en la frontera, cuya construcción él promueve junto con Abbott. Insistió en que hay mucha «gente mala» llegando a territorio estadounidense, y que los estadounidenses que viven cerca de los límites con México «tienen miedo de salir, de caminar» y que quieren vender sus propiedades pero no hay quien se las compre. Aseguró que él resolverá el problema de una vez.