México.- El narcotraficante más buscado por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el Buró Federal de Investigación (FBI), por el cual había una recompensa de 20 millones de dólares, fue detenido en una zona serrana, tras ser detectado por una perrita sabueso, al implementarse un operativo por la Armada Marina de México y apoyo de agentes federales, y bajo el monitoreo de la misma DEA.
Conocido con el sobrenombre del “Narco de narcos”, Rafael Caro Quintero fue reaprehendido tras haber burlado la justicia mexicana por siete años, y a la estadounidense, lo que lo podría llevar a una pena de por lo menos otros doce años de prisión en México, o incluso una o varias cadenas perpetuas en Estados Unidos.
Ahora de 69 años de edad, fue fundador del Cartel de Guadalajara, junto a Ernesto Fonseca (preso) y Miguel Ángel Félix Gallardo, cuyo auge se dio en la década de los ochentas.
En 1985, en pleno auge de su imperio, Caro y sus socios determinaron torturar y asesinar al agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, así como al piloto mexicano, Alfredo Avelar, quienes participaban en la investigación de su gran crecimiento bajo un manto de protección de autoridades corrompidas.
Lo anterior, luego de haber sido descubierto el rancho El Búfalo en el estado de Chihuahua, el cual constaba de 544 hectáreas, en el que laboraban más de 10 mil peones que cultivaban toneladas de marihuana, con sistemas avanzados de riego.
Su pareja era Sara Cosío, hija del entonces secretario de Educación de Jalisco, Octavio César Cosío Vidaurri, misma que lo acompañó hasta su detención en 1985 en Costa Rica, por una llamada telefónica a su familia, hizo que la DEA los ubicara.
Tras su juicio, fue sentenciado a 40 años de prisión por los delitos de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, homicidio calificado, siembra, cultivo, cosecha, transporte y tráfico de marihuana, suministro de cocaína y asociación delictuosa. Aunque se pedía su extradición, un amparo lo impedía.
Al cumplir 28 años de prisión, la defensa de Caro Quintero obtuvo su liberación al alegarse que estuvo mal el juicio. En 2015 la Corte Suprema determinó que era culpable y debería ser reaprehendido para cumplir su sentencia, faltándole 12 años más de prisión.
Desde entonces seguía prófugo hasta el pasado 15 de julio, donde Max, una perrita de la raza bloodhound, lo encontró entre unos matorrales, tras realizarse el operativo para capturarlo, donde se tiene información que encabezaba al Cártel de Caborca.
Ahora, se reabre la posibilidad de extraditarlo a Estados Unidos donde el Fiscal General Merrick B. Garland indicó: “No hay escondite para nadie que secuestre, tortura y asesine a las fuerzas del orden estadounidenses. Estamos profundamente agradecidos a las autoridades mexicanas por la captura y arresto de Rafael Caro-Quintero. El arresto de hoy es la culminación del trabajo incansable de la DEA y sus socios mexicanos para llevar a Caro Quintero ante la justicia por sus presuntos delitos”.
