Un intercambio de mensajes entre el expresidente Álvaro Uribe y el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso revela sus roles en la estrategia contrainsurgente que segó la vida de miles de campesinos acusados de supuestos vínculos con las guerrillas, genera atención de millones de colombianos interesados en el esclarecimiento de la verdad sobre lo ocurrido en décadas de conflicto armado interno.
Tras pagar una condena de 16 años en cárceles de Estados Unidos, Mancuso decidió regresar a Colombia y llegó al país el 27 de febrero a cumplir -según dijo- con las tareas emanadas de su condición de Gestor de Paz, cargo en el que fue nombrado por el presidente Gusta- vo Petro.
Nomás tocó suelo colom- biano, el expresidente Álvaro Uribe se pronunció en duros términos sobre el ex jefe paramilitar, quien ha develado episodios que vinculan al exjefe de Estado con asesinatos de líderes de izquierda y masacres de labriegos: “Para que sus viejos enemigos lo traigan al país, Mancuso ha hecho méritos de acusarme, de mentir”, dijo Uribe.
En espera de que se le otorgue libertad para poder ejercer su papel en la estrategia de Paz Total del gobierno, el hombre que dirigió una de las estructuras más sanguinarias de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), a la que se le atribuyen al menos cin- co mil crímenes, reiteró que se reunió varias veces con Uribe en una de sus fincas.