Víctor M. Carrillo Montiel
Las púgiles mexicanas tienen una asignación pendiente: derribar el muro que les impide protagonizar veladas boxísticas en Estados Unidos y ganar en dólares, reconoce Diana “La Bonita” Fernández, campeona latinoamericana supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Fernández asegura que no ha sido posible exportar la calidad de las boxeadoras mexicanas a Estados Unidos.
“El boxeo femenil es aceptado en México porque damos un espectáculo sobre el cuadrilátero igual o mejor que los hombres”, dice la peleadora de 28 años, que inició en el pugilismo a los 12 “por querer ser como mi hermano Ricardo (peleador profesional)”.
“La Bonita”, con registro de 27-4-1, recuerda que ha habido combates de mujeres en funciones de la Golden Boy, empresa del ex campeón mundial Óscar de la Hoya, “pero no ha habido una boxeadora que rompa el estigma como en las peleas de la MMA, con Ronda Rousey”.
Nacida en Ciudad Juárez, dice que mientras se da la oportunidad de pelear en Estados Unidos seguirá buscando un cetro mundial.
“Deseo pelear contra cualquiera de las campeonas supermosca”, asegura, y sus posibilidades de hacerlo aumentan después de haber derrotado a la ex campeona mundial Guadalupe Martínez el 28 de abril.
Fernández, a quien por su físico su primer entrenador “el Bigotes” Mendoza apodó “La Bonita”, sonriendo asegura que “la belleza y el boxeo no están peleados”, y dice que ve lejana su retirada del boxeo, pero que al concluir su carrera se convertiría en empresaria, por lo que piensa estudiar Administración de Empresas.
Recuerda que su primera oportunidad, de tres que ha tenido, de conseguir un título mundial, la perdió contra la argentina Debora Anahí Dionicus.
«Ha sido mi pelea más complicada, incluso perdí mi invicto». Fue difícil desde antes de subir al cuadrilátero porque arribó a Argentina luego de 12 horas de vuelo e inmediatamente fue a la ceremonia de pesaje.
En su primer intento no dio el límite de las 112.75 libras (51.142 kilogramos), aunque lo logró en el tiempo reglamentario, pero no se recuperó físicamente para la pelea.
Asegura que viajar y protagonizar combates en el extranjero son un aprendizaje, pero “me encanta pelear en Ciudad Juárez porque hay personas conocedoras de boxeo, por eso cuando subo al ring en mi ciudad me preparo al 200 por ciento para darle un buen espectáculo a mi gente”, dice “La Bonita”, que sigue esperando la oportunidad de pelear en Estados Unidos “porque quiero derribar el muro que lo impide”.