Un estudio reveló que es probable que el agua potable de casi la mitad de los grifos del país contengan “sustancias químicas permanentes” que pueden causar cáncer y otros problemas de salud.
Dicho estudio publicado el pasado 05 de julio indicó que los compuestos sintéticos conocidos colectivamente como sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) están contaminando el agua potable en diversos grados en ciudades grandes y pueblos pequeños, y en pozos privados y sistemas públicos, dijo el Servicio Geológico (USGS).
Los investigadores describieron el estudio como el primer esfuerzo a nivel nacional para probar PFAS en el agua del grifo de fuentes privadas, además de las reguladas. Se basa en hallazgos científicos previos de que los químicos están muy extendidos, apareciendo en productos de consumo tan diversos como sartenes antiadherentes, envases de alimentos y ropa resistente al agua y llegando a los suministros de agua.
Debido a que el USGS es una agencia de investigación científica, el informe no hace recomendaciones de política, pero la información “se puede usar para evaluar el riesgo de exposición e informar para tomar decisiones sobre si se desea o no tratar agua potable, hacerla analizar u obtener más información de su estado” a nivel local, dijo la autora principal Kelly Smalling.
La Agencia de Protección Ambiental propuso en marzo los primeros límites federales de agua potable en seis formas de PFAS que permanecen en el cuerpo humano durante años y no se degradan en el medio ambiente.
Se espera una decisión a finales de este año o en 2024. Pero el gobierno no ha prohibido a las empresas que utilizan productos químicos que los arrojen a los sistemas públicos de aguas residuales, dijo Scott Faber, vicepresidente senior de Environmental Working Group, una organización de defensa.
“Deberíamos tratar este problema donde comienza, en lugar de poner un semáforo después del accidente”,dijo.
“Deberíamos exigir a los contaminadores que traten sus propios desechos”.
Los estudios de animales de laboratorio han encontrado vínculos potenciales entre los productos químicos PFAS y algunos tipos de cáncer, incluidos los de riñón y testículo, además de problemas como la presión arterial alta y el bajo peso al nacer.
Los programas federales y estatales suelen medir la exposición a contaminantes como PFAS en plantas de tratamiento de agua o pozos de agua subterránea que los abastecen, dijo Smalling. Por el contrario, el informe del USGS se basó en muestras de grifos en 716 ubicaciones, incluidas 447 que dependen de suministros públicos y 269 que usan pozos privados.
Las muestras se tomaron entre 2016 y 2021 en una variedad de lugares, principalmente residencias, pero también algunas escuelas y oficinas. Incluían tierras protegidas como parques nacionales; áreas residenciales y rurales sin fuentes de PFAS identificadas; y centros urbanos con sitios industriales o de desechos que se sabe que generan PFAS.
La mayoría de los grifos se muestrearon sólo una vez. Tres fueron muestreados varias veces durante un período de tres meses, y los resultados cambiaron poco, dijo Smalling.
Los científicos probaron 32 compuestos PFAS, la mayoría de los cuales son detectables a través de métodos disponibles. Se cree que existen miles de otros, pero no se pueden detectar con la tecnología actual, dijo Smalling.
Los tipos encontrados con mayor frecuencia fueron PFBS, PFHxS y PFOA. También hizo apariciones frecuentes el PFOS, uno de los más comunes en todo el país.
Las muestras positivas contenían hasta nueve variedades, aunque la mayoría estaba más cerca de dos.
La concentración media fue de alrededor de siete partes por billón para los 32 tipos de PFAS, aunque para PFOA y PFOS fue de alrededor de cuatro partes por billón, límite propuesto por la EPA para estos dos compuestos.