Houston.- Cansados de las exigencias de unos secuestradores de inmigrantes, familiares de éstos denuncian el la extorsión por lo que fueron halladas 90 víctimas del tráfico de personas, los cuales se encontraban sumamente hambrientos y sedientos, cuyos familiares denunciaron que se les ordenó pagar dinero para liberar a sus seres queridos de las condiciones “deplorables”.
Flor Anderson, que vive cerca de la casa en Houston, dijo que la propiedad en ruinas fue allanada el viernes 30 de abril después de que uno de los familiares de sus ocupantes llamó a la policía para denunciar el intento de extorsión.
Después de ingresar a la propiedad, los oficiales de policía se sorprendieron al encontrar a las víctimas: 85 hombres y cinco mujeres, que vivían en habitaciones forradas con colchones, y muchas de las personas dentro morían de hambre, sed y prácticamente eran incapaces de caminar.
Cinco de los inmigrantes, la mayoría de los cuales se cree que provienen de Centroamérica, desde entonces dieron positivo por Covid-19 y han sido aislados.
La subdirectora del Departamento de Policía de Houston, Patricia Cantu, confirmó que muchos de los inmigrantes se quejaban de no haber comido en días.
El sorprendente descubrimiento se produjo en Chessington Drive en el sureste de Houston cuando se llamó a la policía para informar sobre un posible secuestro.
“Fue una gran sorpresa cuando entramos en la casa y lo vimos”, indicó. “Esto es muy innecesario y muy cruel. Es desgarrador ver a la gente tratada de esa manera. Son seres humanos y, independientemente de su ciudadanía, merecen … ser tratados con respeto”.
Los inmigrantes fueron descubiertos por miembros del equipo SWAT. Se dijo que los inmigrantes se encontraban apiñados en “condiciones deplorables”.
El más joven de los detenidos tenía poco más de 20 años y algunos de los inmigrantes le dijeron a la policía que venían de Centroamérica. No se encontraron menores, siendo la persona más joven de unos 20 años y la mayor de unos 30 años.
Los ocupantes de la casa dijeron a los oficiales que no habían comido en algún tiempo.
El incidente comenzó a desarrollarse desde el jueves por la noche, cuando la policía recibió una llamada informando de un secuestro.
Los detectives trabajaron toda la noche para obtener información sobre la ubicación de la posible víctima de secuestro. Fue una llamada al 911 que probablemente provino de un familiar de una de las presuntas víctimas de contrabando.
Muchos residentes de la casa que no habían dado positivo a Covid-19 permanecieron allí el viernes y recibieron alimentos, agua y atención médica. Algunos fueron filmados esposados mientras los cargaban en un autobús.
Agentes federales de Investigaciones de Seguridad Nacional trabajan para determinar quién es responsable de la operación de contrabando.