Es una época donde debe reinar la unión y la alegría, es la Navidad, independientemente de las creencias religiosas, sabemos qué es una temporada para celebrar y para estar en familia.
En este país muchos no celebran, esto debido a que están lejos de sus familias que viven en otros países, todos los que llegamos dejamos a nuestros seres queridos atrás, pero eso no debería ser un impedimento para privar nos de dejarnos llevar por la alegría de la época.
Otro de los temas que muchos hablamos como hispanos, es sobre nuestras tradiciones, esas que traemos de nuestros lugares de origen y que buscamos mantener con nosotros.
A pesar de buscar no perder nuestra identidad en estas festividades, no nos cuesta nada irnos acoplando a la manera que estas se viven en este lado de la frontera.
A veces, pensamos que nuestra forma de festejar no concuerda con la manera que se hace aquí, porque es completamente diferente a lo que estamos acostumbrados.
Sin embargo, podemos irnos adaptando y darnos la oportunidad de conocer y experimentar cosas nuevas.
En mi propia experiencia, no me he olvidado de la noche buena en la iglesia de mi comunidad, todos esperábamos con ansia que sonaran las campanas, ya sabíamos que además del servicio religioso donde acudía toda la gente, al final habría piñatas y bolsitas con dulces y galletas.
Pero antes de esto, ya en nuestras casas habíamos cenado algo especial, si no eran enchiladas, eran tamales, pero ya habíamos cenado porque ese día era especial.
Tal vez no era una celebración tan grande, pero era una que nos causaba alegría. Al llegar a Estados Unidos, no había iglesia a dónde ir, por lo menos los primeros años, no había una comunidad para compartir, y la familia estaba lejos.
Costó un poco entender, pero hubo que acoplarse a celebrar desde la sala de casa, a compartir algunos regalos y así poco a poco se logró apreciar esta celebración ahora aquí en este lado de la frontera.
Eso sí, la comida nunca cambió, en la mesa no pueden faltar los tamales y otros platillos tradicionales que se comen en esta época.
He aprendido a hacer ese equilibrio, a veces, si uno desea volver a las navidades de antaño y volver a vivir esos momentos especiales, pero la realidad es la que tenemos frente a nosotros y la que nosotros hemos buscado.
Es por eso que es tan importante celebrar, ya sea en familia o amigos o en comunidad, lo que cuenta es que no dejemos pasar lo especial de estas fechas, que disfrutemos del colorido, los regalos y por supuesto los sabores que nos traen las fiestas.
No deje pasar, la magia de esta temporada, salga a conocer lugares, que actualmente hay muchos que están cubiertos de hermosas luces y detalles que seguramente le alegraran su vista y su noche.
Muchos de estos lugares son completamente gratis, así que no tendrán que invertir nada para pasar un buen rato con los suyos.
Si la economía no anda muy bien, busque asistir a posadas y eventos comunitarios que siempre reciben a toda la gente que tiene ganas de celebrar y divertirse.
Es una época para reflexionar y por supuesto para celebrar, no lo piense dos veces y dese la oportunidad de pasar una muy bonita e inolvidable Navidad.
¡Feliz Navidad!