Este 12 de diciembre, se conmemora un aniversario más de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México, según las creencias de la iglesia católica.
Como en todos los casos, religión y fe, es difícil hablar, son temas que jamás nadie estará de acuerdo. Lo que sí puedo decir, como católico, es la influencia que la imagen de la virgen representa para millones de creyentes no solo en México, también por todo Latinoamérica y el mundo.
Este editorial no es para cambiar las creencias de nadie, sino solo para hablar del efecto guadalupano, especialmente de este lado de la frontera, donde la gente ha traído sus tradiciones y celebra a María de Guadalupe.
De acuerdo al relato, registrado, la aparición final que presenció el indio Juan Diego, fue el 12 de diciembre de 1531, cuando los españoles siguen tratando de enseñar la fe cristiana a las comunidades indígenas originarias del territorio mexicano. Sin embargo, las apariciones iniciaron desde el 9 de diciembre, cuando Juan Diego tuvo contacto con la que él llamaba “La señora del cielo”.
“La Virgen de Guadalupe ha sido el símbolo más sólido de la mexicanidad y la compañera inseparable de la nación”, dice un escrito de la Universidad Autónoma de Guadalajara creado por Alfredo Arnold.
Y es que, desde el nacimiento de México, cuando se independizó de España en 1810, ha sido la Virgen de Guadalupe una estampa utilizada por los mexicanos que los hace identificarse con su patria, sean católicos o no.
“Compañera inseparable de la nación en los capítulos más relevantes de su historia”, dice el mismo escrito que se titula “Santa María de Guadalupe en la historia de México”.
Cómo olvidar el relato histórico del llamado a la independencia de Miguel Hidalgo, líder independentista, con un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe llamando a los mexicanos a rebelarse en contra de los opresores.
Desde entonces, personalidades en todo ámbito han buscado que esta imagen religiosa los respalde y se ha inculcado en la cultura.
Según Pew Research Center, unos 37.9 millones de mexicanos y personas de raíces mexicanas habitan en Estados Unidos, por lo menos hasta el 2021. De estos, un gran porcentaje son católicos y siguen venerando a la Virgen de Guadalupe en diversas parroquias del país.
Es muy común, cuando se acerca el 12 de diciembre, muchos ensayan sus bailes de “matachines”, danzantes que bailan a la virgen. Se organizan festividades en las iglesias católicas y en casas particulares se hacen reuniones donde se ofrecen rosarios para honrarla.
En la vida diaria, basta con caminar o manejar por vecindarios donde los residentes son hispanos o mexicanos, para ver esta imagen en negocios, casa y hasta murales, muchas veces y como lo mencioné al principio, si es relacionado con la cultura mexicana no puede faltar la Virgen de Guadalupe.
Es por eso que “para el mexicano ser guadalupano es algo esencial”, dice un popular canto de esta época.
Según los relatos originales, la historia de las apariciones fue una pieza fundamental en la evangelización y unión de dos pueblos muy distintos, el México indígena y el español.
Sin importar religión y creencias, lo que destaca es la influencia de la comunidad mexicana e hispana en este país y como las tradiciones de nuestros países siguen arraigadas en las costumbres que vamos creando en este país que nos da la libertad de creer y practicar libremente nuestra religión, sin juzgarnos.
¿Usted qué opina?