Wisconsin.- Acusada de traficar cocaína y armas como enlace de un grupo criminal puertorriqueño, la inmigrante mexicana Karlett Zagal Salazar, de tan sólo 23 años, recibió un beneficio especial de reducción de su condena, ya que se estimaba pasaría 40 años en prisión y ahora serán sólo cinco años.
En abril, la joven que vivía en el condado de Trempealeau, fue sentenciada a 60 meses de prisión por conspiración para distribuir cocaína. Karlett Zagal Salazar se declaró culpable del cargo antes de que el juez federal de distrito William Conley la sentenciara.
Todo inició en agosto de 2020, las fuerzas del orden público recibieron información de que varias personas vendían cocaína en una barbería y tabernas en Arcadia, Wisconsin. Tras una investigación, las fuerzas del orden público se enteraron de que tres personas en Wisconsin recibieron cocaína de alguien en Puerto Rico.
El proveedor puertorriqueño escondía cantidades de medio kilogramo de cocaína a la vez dentro de radios, impresoras o sábanas y las enviaba por correo de EE.UU., a cambio de la cocaína, los traficantes de cocaína con sede en Wisconsin enviaron dinero y armas a Puerto Rico, según documentos judiciales.
A mediados de julio de 2021, la policía arrestó a tres mujeres, entre ellas a Karlett, quien durante una entrevista admitió que “sabía lo que estaba pasando” porque ayudó a administrar el negocio de la cocaína. Habló sobre cómo una fuente de suministro puertorriqueña enviaba cocaína a Wisconsin a través del correo, así como también cómo los traficantes con sede en Wisconsin distribuían las drogas en Arcadia y sus alrededores. También admitió que ayudó a enviar las pistolas Glock a Puerto Rico.
En el juicio, todo apuntaba a que recibiría “todo el peso de la ley”, pero gracias a la intervención principalmente de los padres de la joven, logró una sentencia reducida de sólo 5 años de prisión, pero además pagará una multa de 5 millones de dólares.
En días recientes trascendió que familiares enviaron cartas al juez William M. Conley, donde se informó que fue su novio Mar Castro, quien desde la prisión controlaba los movimientos de Karlett y apelando a que fue manipulada por su juventud es que lograron sensibilizar al juez, logrando esa condena.
