Nuevo México.- Las condiciones en las que los traficantes de personas lucran con el sueño americano llega a extremos, como el impedirles que carguen agua, el vital líquido, que ha originado diversas muertes por deshidratación, provocando daños severos en la salud o en extremo la muerte.
En ese sentido, en días recientes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) publicó la historia de una inmigrante mexicana que murió, pese a que recibió la atención correspondiente debido a los daños sufridos por deshidratación.
Fue el 31 de mayo pasado, cuando dos migrantes se acercaron a una casa en Sunland Park, Nuevo México, y solicitaron ayuda. Un trabajador de la construcción en la casa llamó al 911, y el Departamento de Bomberos y el Departamento de Policía de Sunland Park respondieron a la residencia y solicitaron una ambulancia aérea. El departamento de bomberos llamó al Centro de Operaciones Tácticas de la Estación de Patrulla Fronteriza de Santa Teresa para informarles de la situación y se informó a CBP.
Al llegar, los agentes observaron al personal de servicios médicos de emergencia (EMS) del departamento de bomberos tratando a una mujer migrante, que luego fue identificada como ciudadana de México. La mujer no respondía, tenía presión arterial baja, pero aún respiraba. EMS continuó asistiéndola administrándole terapia intravenosa, aplicándole bolsas de hielo y dándole oxígeno a través de una máscara con bolsa y válvula.
Posteriormente, personal de Native Air EMS llegó a la escena y la transportó al Centro Médico Universitario de El Paso, en El Paso, Texas. Mientras el acompañante, que resultó ser su esposo, contó que estaba con ella cuando sufrió problemas médicos.
Declaró que él y su esposa ingresaron a los Estados Unidos el 31 de mayo, y recordaba que el clima era extremadamente caluroso. El hombre dijo que, mientras estaban en México, los contrabandistas con los que viajaban no les permitieron llevar agua y los obligaron a ingresar a los Estados Unidos, a pesar de que la pareja no quería hacerlo porque la esposa se sentía enferma.
La pareja comenzó de inmediato a buscar un agente de la Patrulla Fronteriza para que se entregaran, pero no pudieron localizar a ninguno. En cambio, encontraron una casa donde pidieron ayuda.
El 3 de junio de 2024, mientras estaba en el hospital, la mujer fue declarada muerta.