Una pasajera sufrió un derrame cerebral y el vuelo fue desviado a Houston. Lee cómo esta emergencia médica en vuelo terminó salvando una vida.
Un vuelo internacional que cubría la ruta entre Estambul, Turquía, y la Ciudad de México fue desviado el pasado 23 de mayo hacia Houston debido a una emergencia médica a bordo. La pasajera afectada, Maricela Hernández Quezada, de 35 años y originaria de México, sufrió un derrame cerebral mientras el avión cruzaba el Atlántico.
Según el reporte médico, Hernández Quezada comenzó a sentirse mal durante el trayecto. Afortunadamente, entre los pasajeros se encontraba un médico que logró identificar rápidamente los síntomas y brindar atención inmediata. El doctor también instruyó a la tripulación a realizar un aterrizaje de emergencia en Houston para evitar consecuencias más graves.
Este tipo de emergencia médica en vuelo pone de relieve la importancia de contar con protocolos bien definidos y personal capacitado para actuar rápidamente en situaciones críticas.
El vuelo aterriza en Houston para salvar una vida
La aeronave aterrizó en el Aeropuerto Intercontinental George Bush y Hernández Quezada fue trasladada de urgencia al hospital Memorial Hermann Northeast. Sin embargo, debido a la gravedad de su condición, fue necesario transportarla en helicóptero al Memorial Hermann de The Woodlands, donde un equipo especializado ya la esperaba.
Ahí fue sometida a una cirugía de emergencia para extirpar un coágulo cerebral que, según los médicos, pudo haber resultado mortal de no haberse atendido a tiempo. El doctor Karis Kamal, quien lideró la intervención médica, confirmó que el caso estaba relacionado con la inactividad prolongada durante el vuelo.
Factores de riesgo en vuelos largos
El doctor Kamal explicó que permanecer sentado por muchas horas puede provocar acumulación de sangre en las extremidades inferiores, lo cual incrementa el riesgo de desarrollar coágulos que pueden desplazarse hacia el cerebro, causando accidentes cerebrovasculares. Aunque Hernández Quezada no tenía antecedentes médicos relacionados, el largo trayecto contribuyó al desarrollo del coágulo.
Esta situación ha generado preocupación entre especialistas en medicina aeronáutica, que señalan la necesidad de educar a los pasajeros sobre medidas preventivas en vuelos de larga duración. Entre las recomendaciones más comunes para evitar una emergencia médica en vuelo se incluyen:
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Mantenerse bien hidratado durante todo el viaje.
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Levantarse y caminar por el pasillo cada 2 o 3 horas.
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Realizar estiramientos simples en el asiento para estimular la circulación.
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Evitar el consumo excesivo de alcohol o cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.
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De regreso con su familia
Después de varios días en observación y tratamiento en Houston, Maricela fue dada de alta y regresó a la Ciudad de México, donde continúa su recuperación con terapia del habla. Su caso ha generado interés tanto en México como en Estados Unidos, y ha sido citado por médicos como un ejemplo del impacto que puede tener una emergencia médica en vuelo cuando se actúa con rapidez.
Houston, punto clave para emergencias internacionales
La ciudad de Houston se ha consolidado como un punto de referencia en situaciones de emergencia médica aérea debido a su infraestructura hospitalaria y su ubicación estratégica. El Memorial Hermann es uno de los centros más equipados del país para tratar eventos cerebrovasculares, lo cual fue crucial en el desenlace favorable del caso.
Además, el Aeropuerto Intercontinental George Bush cuenta con personal médico y logística para recibir vuelos desviados por situaciones críticas, convirtiendo a Houston en una ciudad clave para responder ante este tipo de eventos.
Emergencia médica en vuelo: lo que debes saber
En los últimos años, han aumentado los reportes de emergencias médicas a bordo de vuelos comerciales. Desde descompensaciones por presión arterial hasta ataques cardíacos, los incidentes son más comunes de lo que se piensa. Sin embargo, un derrame cerebral en pleno vuelo, como el que sufrió Hernández Quezada, requiere acción inmediata.
Según datos de la Asociación Médica Aeroespacial, se estima que hay una emergencia médica en vuelo por cada 604 vuelos comerciales. Aunque muchas de estas situaciones se pueden manejar sin desvíos, casos más severos, como un accidente cerebrovascular, justifican un aterrizaje de emergencia como el que ocurrió en Houston.
