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Las balas perdidas que truenan casi diario en el Suroeste de Houston

“En un barrio peligroso la gente se acostumbra a la violencia y empieza a verla como algo normal”.

by La Prensa de Houston

Por Víctor M. Carrillo M. 

“Casi a diario a medianoche se oyen disparos en esta zona. Quizá sólo juegan. Quizá no. Por eso –advierte Tom– mejor ni pregunte”. 

Es el suroeste de Houston, el área entre Beechnut y Wilcrest, en donde el sonido de los disparos parece ser costumbre para los habitantes de la zona que Tom califica de “caliente”. Tom, un vietnamita que anda “aquí, buscando la vida y la comida. A veces consigo algo para llevarme a la boca, a veces no, pero lo que no falla es el tronido de las balas”. 

Tom: “Es mejor no
preguntar lo que pasa”.

De 56 años, 30 viviendo en Houston, Tom, que asegura saber “sortear el peligro”, dice que “usan armas para jugar, o para conseguir comida”. 

De acuerdo con el Community Crime Map que alberga el sitio web del Departamento de Policía de Houston (HPD), sólo el mes pasado hubo 146 incidentes reportados a las autoridades en esa área. 

En su página web la Policía aclara que los datos podrían no ser exactos debido a que la información y posterior investigación de los hechos podrían modificarlos. Agrega que “no se garantiza la precisión, integridad, puntualidad o secuencia correcta de los datos del delito”, por lo que la cifra antes mencionada puede no ser exacta, mientras que el mapa “no refleja ni certifica áreas seguras o inseguras” de la ciudad. 

“Andrea”, que prefirió usar un nombre falso y no quiso identificarse, dice que “me parece un área peligrosa, por eso cuando oscurece no salimos, pero hay personas que van a cenar o hacen sus compras como si nada, porque uno empieza a acostumbrarse al ambiente en el que vive”. 

Domingo: “Hay que tener
mucho cuidado”.

En entrevista por separado, Domingo Zúñiga coincide con “Andrea” y dice que “en las noches ya no salgo, mi rutina es ir de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa”. 

Zúñiga, un herrero nicaragüense de 48 años, reconoce que “aunque esta es una zona de riesgo y casi cada noche se escuchan disparos, me siento seguro porque veo que continuamente pasan las camionetas de la Policía”. 

Este es un barrio casi totalmente hispano, pero debemos reconocer que los latinos venimos a este país a trabajar, no andamos echando bala, pero mire, hace poco ahí afuera del night club de la esquina de Wilcrest y Beechnut mataron a tres”, indica Zúñiga, quien dice que debe despedirse porque “se va a ir mi bus, pero sí le digo que lo mejor es andar con cuidado porque en cualquier momento aquí uno vale chiringa”.

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