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«Soy del pueblo»

by Patricia Estrada

Cuando Martina Grifaldo Cervantes emigró a Estados Unidos tenía todo en su contra. Su condición de migrante indocumentada, madre soltera, sin hablar inglés y ser hispana eran obstáculos en su andar en un país que no era el suyo y en un mundo totalmente diferente a su natal Guanajuato, México.

Y en este mes de la mujer, Martina Grifaldo cuenta a La Prensa de Houston los retos que enfrentó y cómo fue que aún navegando contra corriente logró proveer a sus cuatro hijos un techo, un plato de comida y una vida digna en un país en donde había llegado sin nada en la bolsa.

“Sin un centavo, pero decidida a trabajar duro en este país, como lo hacen millones de migrantes”, cuenta la guanajuatense quien asegura que a pesar de que ya lleva más de tres décadas en Estados Unidos, sigue siendo la misma mexicana que un día decidió cargar a sus hijos y tomar camino con rumbo al norte.

Hoy día Grifaldo ya es ciudadana de Estados Unidos.No fue fácil establecerse en el país. No saber inglés le complicaba la búsqueda de trabajo. Grifaldo comenzó laborando como afanadora en un hotel al que llegaba temprano, y buscaba el tiempo para ir a visitar a sus hijos a la escuela y atender juntas con maestros de sus hijos.

“Salía corriendo y en el carro me cambiaba de ropa. Me quitaba el uniforme del hotel y me ponía otra ropa para ir a las juntas escolares”, dijo.

Si no estaba aseando cuartos de hotel estaba limpiando casas. Trabajos arduos que requieren de disciplina y cortesía.

Martina Grifaldo,una verdadera líder de la comunidad que ha dedicado su vida a
ayudar a quienes más lo necesitan. Con su organización Alianza Latina ha peleado
por causas para el bien común.

Solidaridad y Empatía
Una vez establecida ya en la ciudad de Houston, y haciendo un recuento de las
vicisitudes que enfrentó, ella consideró que era tiempo de solidarizarse con los
suyos, con su comunidad.

“Yo soy pueblo. Y siempre voy a estar dispuesta para ayudar a mi gente”, dijo
Grifaldo quien se dio a la tarea de fundar una organización para apoyar a los migrantes, que, como ella, han llegado a este país sin documentos migratorios, sin saber inglés y sin un respaldo económico.

Su activismo nació al ser testigo de los abusos que sufrían miembros de su
comunidad.

“Vi muchos abusos con la comunidad Latina por desconocer sus derechos, y por la escasa decisión de pelear por recibir un trato justo en cualquier situación”, expresó.

Los latinos, dice, cuando llegamos desconocemos cómo es el sistema político,económico y social de este país y ese desconocimiento genera abusos y malos tratos. Así fue como fundó Alianza Latina Internacional capítulo Houston.

“En Alianza Latina buscamos que nuestra comunidad se gane el respeto que se merece en todos los sentidos”, dijo.

Educación, salud, ayuda comunitaria y ayuda para alcanzar la ciudadanía de este
país si ya se cumplen con los requisitos son algunos de los programas que Alianza Latina realiza.

Con emoción recuerda su primer trabajo comunitario. Fue ayudando a una pareja de ancianos que estaban a punto de ser desalojados de su vivienda por no completar el pago de su renta.

Ella, por medio de Alianza Latina, logró negociar para que la pareja no durmiera
en la calle. “Fue un caso que nunca voy a olvidar porque me sentí muy tranquila y contenta de saber que los esposos ya mayores de edad no se quedarían en la calle”, dijo.

El respeto se gana con respeto
Para Grifaldo es importante destacar que los logros comunitarios se ganan con
decisión, respeto y sobre todo deseos de ayudar al prójimo.

“Aquí yo no gano ningún salario. Todo es voluntariado”, aseguró.

Grifaldo trabaja hoy día para el gobierno estatal como Especialista de Datos de Programas Comunitarios.Su labor de voluntariado no tiene límites y aún en horas de descanso dice atender llamadas de personas que tienen algún apuro o problema. Su labor es escucharlos y canalizarles o referir sus casos a agencias en donde les pueden atender legalmente sus asuntos. También participa en movimientos políticos en pro de una reforma migratoria y hasta porta pancartas cuando hay que salir a la calle para exigir ya sea justicia o apoyo a causa común como cabildear por una reforma migratoria.

Durante la pandemia coordinó esfuerzos para promover campañas de vacunación contra el Covid-19 y hasta llevó a cabo eventos de repartición de comida para familias afectadas por la pandemia.
La empatía con su comunidad hace de Martina Grifaldo un ejemplo de voluntariado en pro de una mejor sociedad.

“Sigo aprendiendo y sigo preparándome para continuar apoyando a mi comu-
nidad”, puntualizó.

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