Washington.- El contrato de la administración federal con Paragon Solutions le da a la agencia de inmigración acceso a una de las armas cibernéticas sigilosas, más poderosas y cuestionadas.
Los agentes de inmigración de Estados Unidos tendrán acceso a una de las herramientas de piratería informática más sofisticadas del mundo después de que la administración Trump decidiera seguir adelante con un contrato con Paragon Solutions, una empresa fundada en Israel que fabrica software espía que puede usarse para piratear cualquier teléfono móvil, incluidas las aplicaciones encriptadas.
El Departamento de Seguridad Nacional firmó un contrato con Paragon, ahora propiedad de una empresa estadounidense, a finales de 2024, durante la administración de Joe Biden. Sin embargo, el contrato de 2 millones de dólares quedó en suspenso a la espera de una revisión de cumplimiento para garantizar que cumpliera con una orden ejecutiva que restringe el uso de software espía por parte del gobierno estadounidense, según informó Wired en aquel momento.
Esa pausa ahora se ha levantado, según los documentos de contratación pública, que enumeran al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) como la agencia contratante.
Esto significa que una de las armas cibernéticas furtivas más poderosas jamás creadas (producida fuera de Estados Unidos) ahora está en manos de una agencia que ha sido acusada repetidamente por grupos de derechos civiles y humanos de violar los derechos de las personas al debido proceso.
Cuando se implementa con éxito contra un objetivo, el software de hacking, llamado Graphite, puede hackear cualquier teléfono. Al tomar el control del teléfono móvil, el usuario (en este caso, Ice) no solo puede rastrear el paradero de una persona, leer sus mensajes y ver sus fotos, sino también abrir y leer información almacenada en aplicaciones cifradas, como WhatsApp o Signal. El spyware como Graphite también puede utilizarse como dispositivo de escucha, manipulando la grabadora del teléfono.
Una orden ejecutiva firmada por el gobierno de Biden buscaba establecer ciertas restricciones en torno al uso de software espía por parte del gobierno estadounidense.
Fabricantes de software espía como Paragon y NSO han declarado que sus productos están diseñados para prevenir delitos y ataques terroristas. Sin embargo, el software de ambas compañías se ha utilizado en el pasado para atacar a personas inocentes, incluyendo a individuos percibidos como enemigos del gobierno.
