Desilusión en San Antonio: Houston Cougars pierde en la final de la NCAA
Lo que pudo ser una noche histórica para los Houston Cougars terminó en una desgarradora derrota frente a los Florida Gators. El esperado duelo, que tuvo lugar en el Alamodome de San Antonio este lunes 7 de abril, dejó a miles de aficionados en Houston con el corazón roto.
El equipo de la Universidad de Houston lideró el marcador durante la mayor parte del encuentro, incluso logrando una ventaja de 12 puntos en los primeros minutos del segundo tiempo. Pero en los últimos compases del partido, Florida logró remontar y con tan solo 64 segundos de dominio en el marcador, le arrebató el campeonato a los Cougars con un ajustado 65-63.
Una derrota que duele más por lo cerca que estuvieron
El entrenador Kelvin Sampson, visiblemente afectado, elogió el esfuerzo de sus jugadores. “Les dije que se sintieran decepcionados por perder, pero no por cómo jugaron”, expresó tras un extenso silencio en el vestuario, que se mantuvo cerrado por más de media hora.
Las lágrimas y la frustración dominaron la escena entre los jugadores. J’Wan Roberts, uno de los líderes del equipo, confesó que esta sería su última vez vistiendo el uniforme de los Cougars.
Los Houston Cougars tuvieron una efectividad de tiro del 34.8%, mientras que Florida tampoco brilló con un 39.6%. Fue una batalla defensiva y tensa, donde ambos equipos se sintieron incómodos. Sin embargo, Florida supo capitalizar los errores de Houston en los minutos decisivos.
El cierre que nadie quería recordar
Los últimos dos minutos del juego fueron una pesadilla para los Cougars. No anotaron un solo punto y cometieron cuatro pérdidas de balón en apenas 81 segundos. El momento más doloroso llegó en la última posesión: Emanuel Sharp intentó conservar la pelota con menos de 20 segundos en el reloj, pero la presión defensiva de Walter Clayton Jr. lo obligó a soltarla. El balón quedó suelto, ningún jugador de Houston pudo recuperarlo, y el tiempo se extinguió junto con sus sueños.
Una historia que se repite para los Cougars
Para los aficionados de Houston, esta derrota tiene ecos del pasado. Las finales perdidas en 1983 ante N.C. State y en 1984 contra Georgetown son heridas que nunca cicatrizaron. Esta nueva caída suma otra página amarga en la historia de los Houston Cougars.
El juego también tenía un componente emocional fuerte: el deseo colectivo de exorcizar esos fantasmas del pasado y por fin levantar el trofeo nacional. Pero esa meta sigue siendo esquiva.
La esperanza que trajo el camino hasta la final
Antes de este desenlace, el camino de los Cougars fue inspirador. En la semifinal contra Duke, lograron una remontada espectacular, superando una desventaja de 14 puntos en los últimos ocho minutos del partido. Fue una victoria electrizante que dio esperanza a toda una ciudad. El equipo de Houston llegaba con una racha ganadora de 18 partidos consecutivos y una defensa que los había convertido en favoritos.
Por otro lado, Florida también llegaba en gran forma, tras eliminar a Auburn con una explosiva actuación de Walter Clayton Jr., quien anotó 34 puntos. La experiencia de los Gators en finales nacionales —campeones en 2006 y 2007— terminó siendo un factor clave en el cierre.
Un futuro incierto, pero con identidad clara
Aunque la derrota deja una sensación amarga, lo logrado por Sampson y su equipo no pasa desapercibido. El entrenador ha transformado por completo la cultura de los Houston Cougars, devolviéndolo a la élite del deporte universitario. Varios jugadores reconocieron el papel fundamental del coach en su desarrollo humano y deportivo.
Para muchos, la temporada 2024-2025 será recordada como una de las más emocionantes en la historia del programa, aunque no haya terminado con el trofeo en sus manos.
Houston tendrá que esperar una vez más. Pero si algo ha quedado claro, es que el corazón de este equipo sigue latiendo fuerte, y que los Houston Cougars volverán.
