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Judíos progresistas rechazan el Proyecto Esther contra que busca combatir el anti-sionismo 

Pese a reconocer el crecimiento del antisemitismo en EE.UU., judíos progresistas cuestionan política antisionista impulsada por el gobierno de Trump.

by Domingo Banda

Washington.- Desde finales del año 2023, en medio de una creciente ola de antisemitismo en este país tras el estallido de la guerra entre Israel y Hamás, un documento de la Heritage Foundation, titulado Proyecto Esther, encendió las alarmas en las comunidades judías progresistas del país.

Esta propuesta, que forma parte de la agenda del conservador Proyecto 2025 (una hoja de ruta ideológica que perfila las políticas del presidente Donald Trump), ha generado un amplio rechazo entre diversas organizaciones judías que, si bien coinciden en la necesidad de combatir el antisemitismo, advierten que los métodos propuestos pueden ser incluso más peligrosos que el mal que buscan erradicar.

Entre las medidas promovidas por el Proyecto Esther se encuentran la expulsión de estudiantes extranjeros, la remoción de profesores, la cancelación de fondos públicos a universidades y la prohibición de organizaciones “antisionistas”, a las que se acusa de constituir una “red de apoyo a Hamás” supuestamente infiltrada en instituciones académicas como Columbia o Harvard.

Esta postura se ha cruzado con un país polarizado, donde el antisemitismo, la libertad de expresión y la política sobre Israel y Palestina se entrelazan con particular violencia.

“El Proyecto Esther traza el camino para que la administración Trump afine la normativa legal que hará avanzar los objetivos de (su) movimiento MAGA”, declaró  Stefanie Fox, directora de Jewish Voice for Peace (JVP), una organización judía de izquierda que aboga por “detener el genocidio en Gaza”.

La JVP fue señalada directamente en el Proyecto Esther como parte de esta “red de apoyo” a Hamás, acusación que Fox desestima con dureza: “Esto es infundado, paranoico e irrisorio”.

Alterman subraya que, entre los aproximadamente 7.2 millones de judíos que viven en Estados Unidos, hay una creciente incomodidad con las posiciones del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, pero también con la narrativa republicana sobre cómo abordar el antisemitismo.

“La mayoría de los judíos estadunidenses (…) no les gusta Netanyahu, no les gusta esta administración (Trump), no les gusta la guerra en Gaza (…) y están atrapados en el medio”, señala.

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