Nunca estamos preparados para un desastre natural que viene a alterar nuestras vidas. Cuando digo preparados, no quiero decir solo estar listos con la lista de productos que nos sugieren las autoridades a tener a la mano en caso de que necesitemos.
Quiero decir que estamos preparados mental y anímicamente para enfrentar una situación catastrófica como la que se está viviendo en la ciudad de Los Ángeles.
Aquí en la ciudad de Houston en específico nos enfrentamos a huracanes, tormentas tropicales, inundaciones y las tormentas invernales.
Ya nos ha pasado y ha sido muy difícil la recuperación, pero no ha sido imposible. Como olvidar en el 2017, cuando el huracán Harvey inundó gran parte de la ciudad y sus alrededores, familias lo perdieron todo, sus propiedades y pertenencias quedaron bajo el agua.
Hoy miles de personas en California viven la pesadilla de perderlo todo. Vieron cómo sus casas por las que trabajaron toda su vida fueron consumidas por los infernales incendios que tal vez fueron causados por alguien, pero se acrecentaron por los fuertes vientos.
Aunque los números no se han dado oficialmente, sí sabemos que son miles y miles de casas las que quedaron reducidas a cenizas, dejando en la calle a sus habitantes. Los evacuados rebasan los 100,000 al momento que escribimos este artículo.
Esta tragedia de grandes magnitudes y en números las autoridades han informado que los bomberos del sur de California han arrojado más de 59,000 galones de retardante de fuego y más de 72,000 galones de agua, confirmó el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, o Cal Fire.
La flota de aviación del departamento ha registrado más de 75 horas de vuelo combatiendo los incendios, incluidas ocho horas de operaciones nocturnas. El Pentágono informó que más de 600 miembros de la Guardia Nacional de California fueron activados, incluidos 14 equipos manuales para mitigación de combustible, 200 policías militares para operaciones de seguridad y 10 helicópteros para extinción de incendios y operaciones de búsqueda y rescate. Se reporta que en tan solo el incendio del área de Palisades, se han quedado unos 20 mil acres, mientras que en el incendio de Eaton se han quemado casi 14 mil acres.
Esos son solo números preliminares y se sabrá hasta que sean contenidos completamente y se pueda hacer el conteo más exacto. Esta tragedia definitivamente ha marcado la vida de miles de residentes que ya nunca volverán a ser las mismas, incluyendo a la familia de los fallecidos. Experiencias como esta que enfrentan los residentes de Los Ángeles y las que hemos enfrentado en nuestra ciudad, nos recuerdan que debemos tener en mente planes para la hora de una emergencia.
Hay que buscar ayuda con anticipación, sabiendo qué organizaciones o agencias del gobierno pueden ayudarnos o cómo podemos evitar ponernos en peligro nosotros y nuestros seres queridos. Hagamos lo posible por estar listos, porque no sabemos por dónde nos llegará una de estas situaciones que nos pondrán a tomar acción y con esto vuelvo a refrendar que tenemos que estar mentalmente fuertes, porque quizás de una decisión con una mente clara de- penda salvar nuestras vidas.
Hay que recordar que somos fuertes y resilientes y que podemos salir adelante ante cualquier adversidad. Aquí podemos aplicar el dicho “mientras haya vida hay esperanza”, así que, usemos esto como lema para no dejarnos caer ante una situación difícil. Hay que levantarnos y levantar a nuestras comunidades.
¿Usted qué opina?